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6 de noviembre de 2012

Festival Multicultural Solidario. Actuación de Joaquín De la Buelga. Febrero 2012




Título: Festival Multicultural Solidario
Organizó: Expoacción - Organización Solidaria
Lugar: Salón de Actos del Centro Social de Personas Mayores "Gijón Centro"
En: C.C. San Agustín, Gijón (Asturias)
Actuación: Joaquín de la Buelga
 Cía.: la Caravana del Verso
 Fecha: Viernes, 16-2-2012


31 de octubre de 2012

Romance de la Biblioteca, de Ignacio Sanz en la voz de Joaquín De la Buelga



(C) Ignacio Sanz
Voz: Joaquín De la Buelga
Selección musical: JBP
Edición: María García Esperón
La Caravana del Verso
2012






10 de septiembre de 2011

Joaquín de la Buelga recita a Ignacio Sanz


Música y Versos en Palacio
Romance que trata de los peligros espantosos que provocan los libros, de ignacio Sanz
Recita: Joaquín De la Buelga
Producción: Juan Taboada
Grabación: Jorge Dopacio y Jota Velázquez
LA CARAVANA DEL VERSO
4 marzo 2011

7 de febrero de 2011

Romance del Rey Don Enrique IV, de Ignacio Sanz, en la voz de Joaquín de la Buelga


De las muchas dinastías
 que en España gobernaron
 sólo un rey fundó en Segovia
 la corte de su reinado.
 Le llaman el Impotente
 al rey Don Enrique IV,
 gran infamia han cometido
 los que quieren difamarlo.
 Pocos reyes tan sensibles
 a las artes, al teatro.
 Pocos reyes tan serenos,
 tan justos y tan equilibrados.
 Ciertas costumbres de entonces
 a muchos causan espanto,
 que más que propias de reyes
 parecen de mentecatos.
 La misma noche de bodas
 le obligan a hacer el acto
 circundado de testigos
  sin reservas ni recatos.
 Y le obligan a la fuerza,
 a la vista de un notario,
 de un arzobispo de Roma,
 de un juez y de un escribano.
Y todo porque la gota
no caiga fuera del vaso
para evitar componendas
y corrimientos en falso.
No vaya a ser que el infante
proceda de otros asaltos,
que muchos juegos de cama
trajeron reyes bastardos.
¿Quién, ante tales testigos
mantiene el mástil en acto?
Hay que ser un semental,
un gigantesco verraco,
un tigretón de Bengala,
un gallo de cien asaltos,
toro de fiera embestida,
de pura raza un caballo.
Para dar el do de pecho
ante mirones ingratos
con las vergüenzas al aire
y los cañamones colgando?

Nuestro rey no dio la talla,
pero ¿quién la hubiera dado?
que los reyes por ser reyes
no son garañones natos.
de ahí le vino el apodo,
un apodo envenenado,
la falta de descendencia
no justifica el palabro.

Y según cuenta la Historia
en cronicones de antaño,
tuvo sus más y sus menos
con ciertas damas y damos.
Y cumplió como es debido
en el dulzor de su cuarto
sin sufrir mengua ninguna
ni sombra de gatillazo.
Y cumplió sobradamente
como auténtico jabato
como se espera que cumpla
un monarca coronado.
Pese a todo, ahí sigue el mote
mal metiendo y cizañando.
Ojalá que quien lo diga
padezca el mal en sus bajos.
En Segovia queda dicho
donde fundó su palacio,
donde soñó vida justa
el rey Don Enrique IV.

Romance del Rey Don Enrique IV
Autor: Ignacio Sanz
Romances en Rama - 2009
Selección musical: Juan Taboada

31 de enero de 2011

Romance que trata de los peligros espantosos que provocan los libros, de Ignacio Sanz


Aquí comienza un romance
que trata de los peligros
espantosos que provoca
la relación con los libros.
Pongan atención, señores,
agucen vista y oído,
porque iremos relatando
sus efectos negativos.

Los libros son artefactos
que conducen al conflicto.
Llevar un libro en la mano
tendría que ser delito.
Con acierto, algunos reyes,
los mantuvieron prohibidos,
mientras al pueblo le daban
fiestas de toros y circo.
Mi abuelo fue estraperlista,
gran corredor de caminos;
y mi padre comerciante
de licores y de vinos.
La vida no les fue mal,
hasta que la muerte quiso.
Y en su vida no hubo nunca
rastro lejano de libros.

Fíjense en el presidente
de los Estados Unidos:
tuvo que elegir un día
entre armamentos o libros
y ya ven donde ha llegado,
con su poder infinito,
que tiene el mundo a sus pies,
literalmente rendido.

Don Quijote de la Mancha
fue lector empedernido,
y ahí lo tienen ustedes,
preso de sus desvaríos,
atrapado en sus quimeras,
y siempre metido en líos.
Mientras, el bueno de Sancho,
sólo recibe castigos.

Muchos fuegos pavorosos
que aniquilan edificios
comienzan ¿dónde comienzan?:
en las páginas de un libro.
Porque la gente se abstrae
con ensueños y delirios,
mientras las llamas avanzan
con su paso destructivo.

Las migrañas, las jaquecas,
los retortijones de hígado,
cegueras y cataratas,
la flojedad de intestinos,
o esos dolores terribles
que dan las muelas del juicio,
encuentran en la lectura
un cómplice decisivo.

El marrano suculento
llamado también cochino,
cuyas ancas se convierten
en jamones exquisitos,
anda libre por el campo ,
entre encinas y quejigos.
De libros no sabe nada.
¡Y qué bien sabe el gorrino!

Dicen que el sabio más sabio
de todos los tiempos idos
fue Sócrates, un filósofo
muy sagaz y persuasivo,
inventor de un pensamiento
llamado de los sofísticos.
Pues bien, lo cierto es que Sócrates
no escribió jamás un libro.

Ya lo están viendo ustedes,
los libros son muy dañinos,
no nos dejan ver la tele
cada vez que los abrimos.
Y sin tele ¿qué es la vida?:
un horror, un cataclismo,
una caída al silencio,
un despeñarse al vacío.

La gente que ahora me escucha
supongo que ha comprendido
las amenazas que esconden
estos objetos nocivos.
De tal modo que actuarán
como dicta el buen sentido.
El que evita la ocasión
está evitando el peligro.

Los libros son contagiosos,
además de corrosivos,
disuelven el pensamiento
y socavan los principios.
Convierten a muchos hombres
obedientes y pacíficos,
en personas temerarias
y en ciudadanos altivos.

Bajo su aspecto inocente
se resguarda un fementido,
un farsante, un impostor,
un trapacero legítimo,
Las palabras que lo forman
nos hacen perder el juicio,
y nos llenan la cabeza
de quimeras y de grillos.

¿Quién fue Miguel de Cervantes?
¿Y quién Homero o Virgilio?
Góngora, Lope o Quevedo,
palabristas de artificios;
Baroja, Valle, Machado,
Borges, Neruda o Calvino,
inventores engañosos
de falsos mundos ficticios.

Llevar un libro en la mano
tendría que ser delito;
espero que tomen nota
que sé muy bien lo que digo,
que yo caí en sus páginas
y abracé todos los vicios.
Pero el romance se acaba
y con ello me despido.

Ignacio Sanz. Foto: Wikipedia

(C) Ignacio Sanz
Obra: Romances en rama - 2009
Recita: Joaquín de la Buelga
Selección Músical: Juan Taboada