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... la luna canta tangos: una voz del Sur para Vengo del Norte






Aurelio González Ovies
En 1992, Aurelio González Ovies obtuvo el Accésit del Premio Adonais por su libro Vengo del Norte. Fue publicado en 1993 por Ediciones Rialp en Madrid y hasta donde sabemos, se encuentra agotado. Francisco Álvarez Velasco lo publicó completo en Internet en su Portal de Poesía. En 2009, el blog Rapsodas Amigos promovió que fuera grabado en su totalidad por diversas voces de la geografía mundial. Ha sido también interpretado en montajes treatrales en España. En la última antología de su poesía, Esta luz tan breve, el poeta incluyó varios de los poemas de esta obra. Recientemente Alfonso Pascón lo subió a la red en el formato de Ebook, y desde 2009 a la fecha, varios de los poemas han sido convertidos en videos por entusiastas de la poesía de Aurelio entre los que obviamente me cuento y se  transmiten a  través de youtube y varios blogs, constituyendo un muy efectivo medio de difusión en el que no son relevantes las fronteras entre países*. 

Vengo del Norte es una obra excepcional; ha rebasado todos sus soportes y la aparente limitante de no haber sido reeditado -hasta ahora-  para imponer la fuerza de su oralidad, la universalidad absoluta de su palabra, porque es el poema de todos los exiliados

Vengo del Norte envenena y arrastra. Vengo del Norte mata y hace nacer. Hace doler las palabras en la boca y las graba a fuego en la memoria, como esos libros que son El Libro y en los que las religiones hunden sus raíces. Los que llevamos en las diásporas en tabernáculo o envueltos en pieles para volvernos a fundar la patria allá donde nos lleven el viento y las olas. Vengo del Norte es tan hermoso porque resalta la belleza insoportable de todas esas regiones del ser consensualmente señaladas por nuestra civilización cómoda como desgraciadas: la separación, la pobreza, la sed, el destierro, la soledad, la muerte... De Vengo del Norte se levanta, redimensionado y renacido, el ser humano.
Susana Peiró

En estos dos videos, la misma voz y la misma luna cantan tangos: en los paisajes asturianos y en dos series de fotografías que evocan al viejo Buenos Aires y proyectan el drama existencial del Poema IX en el drama existencial del tango, esa creación argentina amasada de noche, de nostalgia, de exilio, de amor.
La voz de Susana Peiró, dramática, sofisticada y sensual acomete la esencial serenidad de estas palabras claras, recién nacidas del manantial del lenguaje en virtud del poder -indescifrable- del poeta. Voz y palabra chocan, se recogen, se acarician, se deslumbran, se rebelan revelando sus colores verdaderos. Es el Sur que dice al Norte: En las viejas miradas la luna canta tangos. 

María García Esperón




Vengo del Norte IX
Aurelio González Ovies

En las viejas miradas la luna canta tangos.
Soy el antepasado de los que me suceden,
soy un gitano oriundo de la flor de la pena,
soy el giro ancestral de la rueda del carro.
Soy un camino errante. Vengo del Norte.

He traído a mis muertos para que vuestros campos
germinen la promesa,
y ha venido la sangre a llover esta tarde
para que aquí reviente nuestra estirpe
con la fecundidad de los volcanes.

Soy el grisú que flota en las bocas ajenas,
soy el túnel que desemboca en la desesperanza,
soy el marzo que apunta en la rama del verso,
soy el corresponsal de las hogueras.

Vengo del Norte,
de la escritura cuneiforme del acebo,
de los funerales de la agricultura,
de la enorme tristeza con que se aleja el oso,
de la genealogía del pan de leña.

Ella viene conmigo porque es fértil
y amamanta a las mulas;
ella es la pregunta carnosa que rellena los frutos.
Algún día entenderéis por qué la quiero
y por qué come el polvo que levanta el futuro.

Tendremos una casa
y vendrán a cocer pan vuestras mujeres;
tendremos un establo y volverán los gritos de las fraguas.
Yo soy de un domicilio rural como la niebla,
soy el rompeolas de la edad tempestuosa,
soy el deseo marítimo de los de tierra adentro,
soy el invertebrado. Vengo del Norte.

No conocéis el viento ni sus silbidos rubios
cuando el bambú se seca. Yo os traigo miradas viejas,
ojos parados en el solsticio.
Os traigo la luna en una jaula de lágrimas.
En las miradas viejas la luna enciende tangos.

Vengo del Norte,
del cazador furtivo de los páramos,
del relincho huérfano del asturcón,
de los caserones dorados del poniente.
Ella tuvo un reino detrás de la distancia
y descifra los signos de los que nunca llegan;
ella habla dos mil lenguas como los ojos
y redacta los fósiles de la memoria.

Quedaremos aquí,
donde el humo regresa al fuego,
donde la eternidad no bautiza a sus huéspedes,
donde los dioses son salvajes,
donde la verdad cierra al crepúsculo.
Quedaremos aquí y ella estará orgullosa
como el ave que oculta a los polluelos debajo de su vuelo.
Quedaremos aquí definitivamente cerca del origen del agua.



(C) Aurelio González Ovies 
Vengo del Norte, accésit Premio Adonais de Poesía 1992
Voz: Susana Peiró (Argentina)
Imágenes: 
AGO
Tango. Pasión en blanco y negro. 
terra.com.mx
Buenos Aires antiguo
www.buenosairesantiguo.ar
Música: Operita María de Buenos Aires. Astor Piazzolla.
Idea original y realización: Catamaram (España) y María García Esperón (México)
MMX

* Mi primer acercamiento desde México  a la poesía de Aurelio González Ovies fue gracias a Rosa Serdio, que me envió el enlace a un video que hizo Catamaram.
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