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5 de julio de 2014

En un lugar apartado, de Antonio Alfeca


En un lugar apartado
donde ni siquiera el cielo,

las mesetas o los montes
o selvas o aun desiertos;

donde la promesa nace
ni tierra ni agua ni beso;

donde la certeza es sólo
creer estar en lo cierto

y las razones confunden
cada pliegue de sus velos;

donde doblé muchas veces
la esquina (¿o era viento?),

y algún día trajo luz
y congoja: un universo

con nubes en la mirada,
en las manos con un vértigo

de que no tienes lo que eres,
de que no soy lo que tengo:

por eso lo nuestro es
un apretarse perpetuo,

el ovillo de la recia
fibra en equilibrio tenso

donde no hay Cuándo ni habita
Dónde ¡Y yo sin saberlo!



(C) Antonio Alfeca
El Nudo
Antaura Ediciones, 2012

7 de mayo de 2013

Finis Terrae IV, de Antonio Alfeca




No hay más pasos. No hay más tierra.
Sólo enormidad de rostros como océanos
que esculpen oscuras vetas
conforme llega el ocaso.
Donde me detengo, puedo contemplarlos sólo
a través de los últimos vanos
como masa de escamas, de sombra
y de acuáticos leopardos.
Poco importa que reflejen la infinita
gama que va del negro al blanco:
todos los cabellos dan en un
solo color, apagado.
Solo me siento. A veces me tiento a ser
tesela de un antirretrato
para darme sepultura,
porque todo está inventado,
y me lanzo al mar indiferente,
como los otros, y solitario. Y zarpamos
un hipotético plus ultra.
Adiós. Andén veinticuatro.




(C) Antonio Alfeca
Poemas para nunca

Voz
María García Esperón
Música
L. Einaudi
2013

Days before, de Antonio Alfeca





Amo
intensamente
la risueña
víspera
continua
porque no hay
nada tan cierto
como el ansia
de la propia
muerte.

(C) Antonio Alfeca
Tácito viento



Voz:
María García Esperón
Música:
L. Einaudi

4 de mayo de 2013

Venid a mí los desamparados de su sombra, de Antonio Alfeca




VENID A MÍ LOS DESAMPARADOS DE SU SOMBRA,
los nacidos de diente sembrado en la pena
del dragón,
los que acuden a la mano que no domino
y al altar de muertes dulcemente enlentecidas.

Venid a mi cáliz de vinosas venas
en que más recordar es más olvido
y donde es durable y pasajera
la ciega escritura del puñal en un lecho.

Se aproxima un redondo mar de cuero,
una masa mansa al cabo avalancha
que no sume nínfica negrura
sobre un verso oriundo de alado tirso.

Consagrados a la lumbre del azar cierto
cuajamos las hebras de aire
hasta consumar el ambiguo desgarro
que nos devuelve portales de vacío.




(C) Antonio Alfeca
Voz: María García Esperón
Música: L. Einaudi