Para vivir no quiero islas palacios torres y qué alegría
vivir en los pronombres. Era algo así, ¿recuerdas?.
O también aquello: para vivir necesito muy poco.
Por ejemplo: mi tiempo. Entre paréntesis, y casi yo diría:
para vivir no necesito nada, sólo quizá -y es un ejemplo-
un poco de mi tiempo. El tiempo en que aniden acaso
los pronombres. Pero no sé. De verdad no sé
para vivir qué quiero. Quizá menos sombra,
no tanto daño o, muy simplemente,
que en la derrotada memoria
luz y sombra se den la mano
para ayudarme a creer que si recorro las esquinas de los sueños
habrá otro sueño.
Santiago Montobbio. Foto: Anna Xalabarder |
(C) Santiago Montobbio
Absurdos principios verdaderos.
March Editor. 2011