Cómo quieres que olvide si no puedo
vencer este sabor de nuez amarga,
este sabor de hierro y de metralla
que rasga el velo añil de los recuerdos.
Cómo quieres que olvide si no puedo
sumar nogal y pozo y luz del alba
—el calor de la lumbre: leña y brasa—
huérfano ya de infancia y tierra y miedo.
Apenas nada pervive entre mis manos:
el invierno y un niño y el prodigio
del carámbano herido en los cristales.
No me dejes tan hondo y desolado,
ebrio de compasión y sin destino:
basta un beso, mi amor, cruzando el aire.
(C) Ramón García Mateos
Poema del cuerpo y el abismo
Voz: María García Esperón
Música: L. Einaudi
MMXI