Entonces yo metía la soledad en botes
y bajaba rodando por los prados en cuesta
y disecaba insectos en cajas de cerillas
y entendía la muerte como el final de un cuento
y esperaba la lluvia con las botas de goma
y me hacía feliz estrenar las libretas.
Entonces me escapaba muchas tardes de casa
y me subía a los pinos y vendía las piñas
y nunca había visto de verdad girasoles
y me parecía lejos lo que estaba muy cerca.
Entonces me sabía entero el Catecismo
pero no me gustaba tener que entrar a misa
y estrenaba por Pascua sandalias y bombachos
y estrenaba en Difuntos pantalones de felpa.
Entonces ya admiraba qué libres son los pájaros
y no quería ir siempre por los mismos caminos.
Entonces no me daban respingo las noticias
ni asco los gusanos ni miedo las culebras
ni angustia ningún peso.
(C) Aurelio González Ovies
Tardes de cal viva
Voz:
María García Esperón
Música:
Aurora (Era)
MMX