En un lugar apartado
donde ni siquiera el cielo,
las mesetas o los montes
o selvas o aun desiertos;
donde la promesa nace
ni tierra ni agua ni beso;
donde la certeza es sólo
creer estar en lo cierto
y las razones confunden
cada pliegue de sus velos;
donde doblé muchas veces
la esquina (¿o era viento?),
y algún día trajo luz
y congoja: un universo
con nubes en la mirada,
en las manos con un vértigo
de que no tienes lo que eres,
de que no soy lo que tengo:
por eso lo nuestro es
un apretarse perpetuo,
el ovillo de la recia
fibra en equilibrio tenso
donde no hay Cuándo ni habita
Dónde ¡Y yo sin saberlo!
(C) Antonio Alfeca
El Nudo
Antaura Ediciones, 2012