Entradas populares

Con la tecnología de Blogger.

Manuel José, de José Luis Díaz Granados



Manuel José, así te decían tus tías y tus amigos.
Yo también te voy a llamar en esa forma
porque ya somos iguales en esta edad adulta.
Además, siempre fuimos amigos, muy amigos, compadre,
y fíjate bien que a lo largo de toda mi poesía
tan grave y solemne, siempre te llamo padre,
padre mío, compadre, pero aquella poesía funeral
cumplió ya su misión, justo a tiempo, Emejota.

A veces cuando camino por calles solitarias,
de noche, veo tu sombra y me alegro, y es mi sombra.
En las mañanas, cuando me miro ante el espejo
veo de pronto tus ojos castaños bajo mis cejas,
y me estremezco, ah caramba, y me asusto.
Cuando hablo en voz baja, yo te escucho, papá.
Cuando acaricio, amoroso el cabello de mi hijo
yo siento tu caricia en mi cabello de niño . . .

Manuel José, la vida es hermosa, te lo digo ahora:
quisiera contarte tantos episodios que te harían gozar
y no sé ya por donde empezar, hay tantas cosas,
y a veces yo siento que soy nuevamente tu vida
y entonces, no lo dudo, comienzo el monólogo largo
y me pasan las horas contándote esto y aquello
y el tinto se enfría, Manuelito, y la noche cae . . .

< >