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Ramón Iván Suárez Caamal: Soñar el Universo


Presentación en la 35 FILIJ

Ramón Iván Suárez Caamal: soñar el Universo

Por María García Esperón

Hace algunos o cuántos años, que podrían medirse con granos de arena o gotas de rocío, nació en una tierra encantada un niño con un don muy especial. Todo lo que veía y tocaba, se lo llevaba para sus adentros y ahí lo miraba de nuevo, también lo tocaba y así mirado y tocado lo convertía en palabra.
¿Han visto esas representaciones del arte de los antiguos mexicanos en que de las bocas de los personajes salen las llamadas vírgulas de la palabra? Algunas, sobre todo en Teotihuacan, están adornadas con flores o con gotas de agua preciosa. Pues así son las palabras que ese niño de la tierra encantada sacaba de sus adentros para ponerlas en la realidad como flores o preciosa agua.
Y el niño miraba las nubes y volteaba a ver al sol. Por las noches, claro, hablaba con la luna. Y escuchaba el rumor de los insectos, el croar de las ranas, la canción del río, la conversación de las piedras cubiertas de musgo… Les hacía preguntas con forma de de pregunta y a veces, con forma de adivinanza. Y también leía libros ese niño, muchos, y se encontraba en silencio respetuoso con voces antiguas de viejos poetas que también fueron niños y que le entregaron día a día y noche a noche todas, pero todas sus palabras.
Y también escuchaba canciones, amaba la música. Les he dicho que nació en una tierra encantada donde la gente antes de hablar, canta. Palabras y melodías se le quedaban acurrucadas en el laberinto del oído y también se le iban adentro, muy adentro, donde está el alma. Y ahí, en silencio y siempre por dentro, cantaba.
Y le gustaba asustarse. ¡En serio! ¿No me creen? Le gustaba como a otro poeta ver “el miedo en un puñado de polvo”. Siempre pensó que los monstruos eran reales, tan reales como los fantasmas, que de tanto asustarlo ya no asustaban sino más bien, le contaban historias interesantísimas. De miedo, por supuesto.
Y también, ¡no me lo van a creer! Ese niño había sido pirata alguna vez. Hacía siglos, en esa memoria que en parte es de nosotros, en parte de nuestros abuelos y en parte de los libros. Y es que a la tierra en la que nació, acostumbraban llegar los piratas, en sus galeones, con su loro y su bandera y su olor a libertad. Y el niño no era de los de dentro de la muralla, sino de los de fuera, y gustaba gitar: ¡Al abordaje! Cuando convertía como si tal cosa, cáscaras de nuez en galeones capitaneados por piratas franceses, pour quoi pas?
Y es que el niño de la tierra encantada, entre preguntas, adivinanzas, cantos, piratas  y miedos, había descubierto que era capaz de soñar el Universo.
Soñar el Universo…
Pasó el tiempo y creció el niño. Se hizo adulto pero ¿cómo les explico? Se hizo adulto pero también se guardó niño. Se quedó muy dentro de ese adulto que es un poeta, un maestro, un hombre de cultura, un soñador, un artista, un fabricante de palabras aladas  y que está aquí con nosotros y se llama Ramón Iván Suárez Caamal, que por premios y por caminos leídos y por libros recorridos, es nuestro Emperador de la Poesía para Niños. Nuestro Emperador de la barba florida, como Víctor Hugo.
Él escribe para todos. Para niños, para jóvenes, para adultos. Él nos sueña las palabras y abre las manos y ellas vuelan como aves para posarse en los árboles o en nuestras ventanas. Él nos llueve las palabras y cuando las leemos aspiramos los olores de su tierra encantada. Él nos pinta de colores los grises de la vida, nos hace detenernos y pensar cuando pasa el caracol diminuto o cuando las estrellas del cielo encuentran a las estrellas del mar.
¿Te gusta adivinar? Las adivinanzas del poeta resaltan lo divino que hay en las cosas, lo sagrado que hay en los nombres. Le sacan destellos a la realidad.
¿Te gusta cantar? El poeta derrama sobre ti el caudal de sus palabras y poco a poco sientes que en tu pecho brota un árbol que da por frutos canciones.
¿Te gusta asustarte? El poeta te pondrá tras la pista del miedo y temblando cerrarás el libro e irás a esconderte, ¡tris tras!
¿Quieres ser un pirata? Grita ¡Al abordaje! con todas tus fuerzas y te verás embarcado en el libre galeón de la poesía, capitán de sueños por los siete mares.
Pregúntale al Sol y te dirá la Luna. Pregúntale a la Luna y te dirá Ramón… Iván te dirá que todo instante es poético, que todo instante sorprende aunque sea familiar…  que todo corresponde, que todo se conecta y que como él, todos somos capaces de soñar y por completo, el Universo.

José Manuel Mateo y el maestro Ramón Iván Suárez Caamal

La presentación fue en la Plaza de la Danza del Cenart

Previo al acto hubo un espectáculo de música celta


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