Foto: Anna Xalabarder |
Tengo una luna entre los dedos, un olor a campo,
una esquina del alma, un pañuelo y un trozo
de ala de gaviota por una infancia disecada.
Sobre todo ello camino y canto, me busco,
me alzo, me alcanzo. Todos tenemos un paisaje
que como en un puzzle roto está al final del alma,
y podemos a través de sus pedazos sentirla
y trazarla, dibujarla como nombre o como rostro,
sentir la patria que en el poema se cumpla
y en el vivir y el aire se deshaga.
4 abril 2009
(C) Santiago Montobbio
La poesía es un fondo de agua marina