Huelen a jazmines
nardos y azucenas
las hadas blancas
de Nochebuena.
Coronan su pelo
con madreselvas,
perfuman el aire
si pasan y vuelan.
En la Nochebella
de todos los tiempos
estuvieron presentes
en el Nacimiento.
Entre animales
de aquel retablo
el Niñito Jesús
olía a nardos.
La virgen María
desde su melena
envolvía al bebé
con olor a azucenas.
Aroma a jazmines
despedía San José
al cuidar al Niñito
nacido en Belén.
Ofrenda de amor
dulce y perfumada
que al hijo de Dios
dejaron las hadas.
Si en Nochesanta
las hadas te rondan
sentirás sus caricias
de dulces aromas.
Huelen a jazmines
nardos y azucenas
las hadas blancas
de la Nochebuena.
(C) Vilma Novick Freyre Voz: María García Esperón Música: Nightnoise MMXI