Qué bello sería
que en un puente antiguo
olvidado del mundo
y hecho voz en el pueblo
florezca el amor
entre el mar y el desierto.
Que la luna ilumine
las canciones del tiempo.
Que la brisa acaricie
los misterios del viento.
Que la noche no duerma
y atesore silencios
de la rosa que espera
a la orilla de un sueño.
(c) Alejandra Moglia
Un regalo-respuesta a: María y Mónica