(ruego funcional )
Devuélveme los ojos.
No creas que no he visto
cómo los tendías a secar
los lunes y los jueves.
Parezco un hombre
imposible con estos orificios
horrendos.
No seas tan ladrona
y devuélveme mis ojos.
A cambio te daré los sellos
de Namibia que te faltan,
o si no las caricias
que me pides cuando estoy ocupado.
Sin ojos, y sin ti, no soy ya nadie.
No seas terca, mujer,
pónmelos un rato.
(C) Luis Miguel Rabanal
O podríamos amarnos sin que nadie se entere
Realización: María García Esperón
Música: L. Einaudi
MMXI