De ahí, sólo de ahí se puede crear.
Y de esos rasguños va apareciendo la poesía, más cerca del corazón; y la novela, el cuento, cerca de los pulmones que te permiten respirar; y en la cabeza, el ensayo y en los brazos y en las piernas, el teatro...
Si alguien no vive la vida a fondo para escribir, escribirá muy bien, arquitectónicamente casi perfecto pero le faltará el soplo que únicamente da la vida cuando de vive en sus entrañas, tan llenas de sugerencias y plenas de emoción.
Antonio García Teijeiro
27 de diciembre 2010