Vengo del Norte VII
Aurelio González Ovies
Aurelio González Ovies
EN tus manos los  pueblos se verán a lo lejos
como  un olvido entero de luciérnagas
y pasarán los trenes por los márgenes rubios
de tus ojos
y se irán los pasajeros de tus lágrimas.
Vengo del Norte,
ella es hija de un humilde sereno
que vigila las calles de la conciencia,
ella trae la sabiduría de cultivar  crisálidas
sobre los  multiformes pétalos del alma.
Necesitaré un río para  cruzar a las comarcas
donde  se compra el grito de la felicidad eterna,
necesitaré una mano que bote las  voluntades
río abajo,
necesitaré una corriente favorable a los  deseos
y un puñado de  brisa que apriete las edades.
Ella  se quedará aquí consolando a la ribera,
protegiendo el capullo de la vida,
devanando los imperceptibles hilos de la  existencia diaria.
Me iré con la última luna  del invierno
y volveré  enseguida;
volveré con la  fluorescencia del verano,
con  el saúco mágico del que comen los príncipes,
con la genciana donde se tiñen los  crepúsculos.
Volveré con el  azahar nupcial donde la libertad es virgen
siempre.
Esperad en vuestros  puestos,
detrás de este  paisaje de voz medicinal
donde  la muerte no tiene aniversarios todavía.
Esperad sabiendo que regresaré muy pronto
y que ella estará en medio de vosotros  como un estambre fiel,
como  una catarata de respeto.
Vengo del Norte,
me mandan los patrones de la melancolía,
me mandan los barqueros de lo  inolvidable,
los sabios  cirujanos de las desilusiones,
los  curtidos carabineros del ensueño.
(Para César y Ana) 
(C) Aurelio González Ovies
Vengo del Norte (En Portal de Poesía)
Voz:
María García Esperón
Música:
L. Einaudi
MMX