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Rutinero en Buenos Aires, el canto lírico de María Wernicke




Por fin se presentó "Rutinero" en Buenos Aires (Argentina) ciudad en la que vive su especial ilustradora María Wernicke. El libro escrito por Níger Madrigal fue el ganador del Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños 2007 y publicado por el Fondo de Cultura Económica. Ya he hablado en alguna ocasión de la fuerza expresiva y poética de María, de su especial capacidad para captar el vuelo de los versos y las sutilezas del lenguaje.


Ilustrar poesía es uno de los grandes retos a los que se puede enfrentar un ilustrador, porque ha de moverse en el territorio resbaladizo y difícil de la metáfora de la metáfora. Posiblemente Rutinero sea uno de los libros de poesía que mejor han sido ilustrados nunca y creo que no exagero. Tengo el libro cuando apareció en España y he disfrutado de sus versos pero las ilustraciones son pura poesía visual. María Wernicke transmite emoción y una fuerza arrebatadora que da unidad al libro, ofreciéndonos además un canto lírico que podría funcionar perfectamente sin texto alguno. Enhorabuena María por ese encuentro en tu Buenos Aires (también nuestro a través de ti) y por esa celebración gozosa de presentar un libro.

Dejo a continuación la reseña que escribí para la revista Educación y Biblioteca:

Rutinero
Níger Madrigal / Ils. María Wernicke
México: Fondo de Cultura Económica, 2008
+ 9 años


Este libro de poemas fue merecedor del prestigioso y consolidado Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños 2007 convocado por el FCE y la Fundación para las Letras Mexicanas. Rutinero es un recorrido por las emociones y la belleza, una búsqueda donde las palabras y las imágenes transitan los caminos a través de un viaje interior. Son versos aligerados de rimas, aireados de métrica, puros en su poesía desnuda: En las ramas de la noche,/ una constelación de luciérnagas/ sigue la ruta del sueño en que viajamos./


El libro transmite una sorprendente mirada, un canto a la capacidad creadora de los sueños y la imaginación, un diálogo con la noche, la naturaleza y la geografía del asombro. María Wernicke ilustró Rutinero, una decisión editorial inteligente porque las imágenes, que parten de la transparencia y la plasticidad del collage a través de la sutileza y la textura de los papeles de seda, van más allá de un mero acompañamiento. Recrean el susurro del agua o el mundo mágico de los árboles y aportan una luminosidad que emociona, una fuerza que sobrecoge.

La poesía muestra de nuevo la luz, los versos que rozan el misterio para expresar lo indecible. Nos encontramos ante un libro, destinado a niños con recorrido poético, que aporta una experiencia vibrante que va a enriquecer la lectura y la mirada, el imaginario del lector.


Pedro Villar
Maestro y escritor

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