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Oliverio Sinpnig: la renovación de la mirada























"Para evitarme los procesos de edición suelo grabar tomas cortas, pues no tengo una computadora adecuada a tal fin. Le fui encontrando el gusto y mis días son más alegres cuando siento que conseguí imprimir algo que puede gustar, casi podría decir que me estoy enviciando con el formato"




Es difícil describir y encuadrar la propuesta visual (y poética) de este artista nacido en Buenos Aires en 1976.

Aunque para él sea fácil describir los momentos esenciales de la realidad –que acontecen todo el tiempo, dicen los filósofos y los físicos cuánticos- y con la cámara que lleva en el bolsillo cotidianamente, encuadrarla.

Oliverio Sinpnig tiene, según sus palabras “alguna formación fotográfica”. También reacciona ante el equilibrio lumínico. Pero trabaja con un formato de video elemental a cualquier hora y en cualquier escenario.

Exteriores, interiores, medios de transporte, azoteas, bodegas, esquinas, fachadas, lavabos, coladeras, ropa colgada, las arrugas de la cama, la grieta de la pared, la mantequilla, los macarrones, la salsa de tomate, la escalera eléctrica… todo se convierte en un sujeto ante la cámara de este joven bonaerense que ha publicado un visualmente intenso año 2009 en youtube en un canal llamado como su usuario: sinpnig.



Tal pareciera que las cosas del mundo se encuentran en espera del ojo de Oliverio detrás de la cámara. Convierte cualquier trance: bajar del autobús, saborear una paleta, mecerse en el subterráneo al compás del pensamiento, con esos ojos perdidos de los pasajeros, en un intenso momento estético. Pero la figura humana es secundaria en la fluyente mirada de este creador.

"Comencé a subir clips no con una visión youtubista sino proyectando el livestream"
En sus palabras “crear cuadros sin sujeto es mucho mas difícil, siendo cierto además que dependo siempre de la luz natural y nunca intercedo en la naturaleza del plano”.

Nunca intercede en la naturaleza del plano… Esta sencilla aseveración es la clave del quehacer de Oliverio Sinpnig. La industria fílmica y el audiovisual crean constructos para filmarlos. Los físicos dirían que si esta fuera una investigación alteraría la naturaleza del objeto (principio de incertidumbre de Heisenberg). Oliverio no modifica un ápice el paisaje, no mueve un milímetro el objeto: filma lo que pasa... cuando él pasa.

De manera muy sencilla y hasta técnica, Oliverio describe por qué y cómo realiza su propuesta:

“Creo que a la larga el formato en que estoy produciendo va a crecer enormemente (hasta hoy conozco 5 o 6 usuarios que lo exploran) por varias razones: 1- Es liviano, por tanto no demora en streamear, ni ocupa memoria. 2- Funciona perfecto como diario y relato (digamos que yo he contado mi año 2009 de excelente forma, la soledad que se percibe es absolutamente cierta. Si tuviera gente a mi lado seguramente estaría relatándola). 3- No demanda ocupación alguna más que tener una cámara en el bolso. Siempre la tengo conmigo y en cuanto veo algo que me atrae fotogénicamente, imprimo.”



La soledad de la que habla Oliverio es fundamentalmente trágica, tal como se percibe en sus fotografías y videos (acaso con más intensidad en estos últimos). Trátese de un cuerpo de agua o de un edificio, de un pasillo o de una puerta, la soledad del objeto se entrega a la soledad de la mirada. No nos referimos a Oliverio, persona concreta, solitaria o no, sino a una soledad esencial: la soledad creadora.

El artista, en este sentido, es el revelador solitario de la soledad cósmica, el sujeto y el objeto de su propia contemplación, su primer testigo, y el primer ojo asombrado del poder del acto de contemplar.

“Creo que internet es al video lo que la imprenta fue a la literatura. Seguro que van a surgir en los proximos años múltiples motivos para la construcción audiovisual"
Recorrer los casi 300 videos disponibles en su canal de youtube con duración promedio de 24 segundos se constituye en una experiencia tanto estética como de conocimiento. Con su cámara, Oliverio hace arte. Pero también hace filosofía y física cuántica. El conocimiento se da por connaturalidad afectiva: hay un intercambio de naturalezas: la mirada del artista se entrega a la realidad con una especie de hambre. La realidad contesta con la misma apetencia.

Y en 23 segundos la mirada de Oliverio descompone al objeto en infinitos pedazos para volverlo a recomponer en su verdad renovada. Sus imágenes podrían definirse como unidades de conocimiento, que al transcurrir en movimiento ("Comencé a subir clips no con una visión youtubista -dice- sino proyectando el livestream") producen en el espectador la experiencia que Borges definiera como “inminencia de la revelación”.

Algo se va a revelar en esa puerta que se abre, en esas escaleras automáticas que descienden solas, cuando se abra la puerta del subterráneo en una estación vacía...

Desde la poética visual de Oliverio Sinpnig ser -oh Berkeley- es ser percibido.


Desde el punto de vista de quien esto escribe, lo que aporta el joven creador argentino es una renovación en la mirada, al estilo de la que emprendiera el artista catalán Antoni Tapiès en el siglo pasado. Tapiès mostró que todo el drama del Universo puede estar relatado en las grietas de una pared.



Oliverio Sinpnig tiene al respecto interesantes opiniones y una humildad tan asombrosa como su mirada:

“Creo que internet es al video lo que la imprenta fue a la literatura. Seguro que van a surgir en los próximos años múltiples motivos para la construcción audiovisual, desde la "poética cosmopolita" hasta el "informe empresarial", ¿qué no se puede acaso contar con imágenes?, si al fin de cuenta hasta los caracteres nacieron de gráficos. Sí, seguro que surgen nuevos lenguajes, y no soy yo ciertamente quien les da vida, o más bien, soy uno entre miles que lo estan haciendo”.

¿Uno entre miles?

La creación de Oliverio Sinpnig se puede apreciar en los siguientes medios:

http://www.livestream.com/vacadenarizsutil

http://labiavanameca.blogspot.com

http://www.youtube.com/user/sinpnig

Fotos: (C) Oliverio Sinpnig


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