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Escribo para personas sin edad. Madeleine Sautié entrevista a María García Esperón para Granma

MARÍA GARCÍA ESPERÓN presentará en la Feria
su novela EL DISCO DE TROYA. Foto: Granma
Fuente: GRANMA

María García

Escribo para personas sin edad

MADELEINE SAUTIÉ RODRÍGUEZ

Hechizada por la Historia, fundamentalmente la que se re-monta a la antigüedad clásica, la poeta y narradora mexicana María García Esperón ha construido su mundo literario al que afortunadamente ya han tenido acceso los lectores cubanos. El disco del Cielo y El hada Menta son los dos títulos suyos que con el sello Gente Nueva han visto la luz aquí, hasta donde llegó por estos días no solo para ultimar detalles de su próxima entrega, la novela El disco de Troya —lista ya para la Feria de 2014—, sino también para compartir en la sede de la editorial anfitriona canciones y actuaciones en una mañana inolvidable.

María es de esas autoras que no aceptan el encasillamiento de escribir para niños, jóvenes y adultos, a pesar de que obvias temáticas y el modo de abordarlas suelen restringir en alguna medida el público lector. "La obra que hago no es solamente para niños. Soy principalmente narradora y en mi narrativa incorporo la prosa poética. Escribo para personas sin edad sobre temas históricos que conectan con el presente a través de documentos antiguos, como el disco de Festos, que es un hallazgo arqueológico.

"Lo que más me impresiona —apunta para abundar en esas motivaciones— es esa fuerza, esa flama que ha mantenido a la humanidad viva a lo largo de los siglos. La veo en la palabra, en la mirada, en cómo se aquilata cada cosa, en cómo ocurre el proceso cultural. Esa lectura personal del universo la he llevado a mis libros, que quiero, más allá de cobrar mis derechos de autor, que se lean".

—Sobre la utilidad de la literatura se ha hablado mucho, ¿qué opinión tienes al respecto?
—Con la literatura podemos unirnos, no en pantallas frívolas, sino unir mirada con mirada, mano con mano, al ser humano, independientemente de lo que cada libro le diga en particular a cada uno. En ella está todo lo mejor que podemos poner de nosotros. En mi país he tenido experiencias extraordinarias, sobre todo en lo que puede estimular el contacto con el libro, pero más bien de iniciativas privadas. Está muy protegido el libro en México, han destinado fondos gubernamentales para dotar de los mejores textos a todas las bibliotecas del país, pero falta lo humano, que prenda esa chispa entre maestros, promotores, libreros... , lo que falta es la magia.

—¿Cuál es tu principal propósito al entregar a tus lectores fragmentos reales de la Historia de la humanidad convertidos en literatura?

—Pretendo levantar los sentimientos heroicos en los jóvenes lectores... Un libro transforma tu visión de una manera tal que es como si te pusieran otros lentes. Cada vez que leemos adquirimos una superpotencia. A mí me gusta mucho acercarme a los jóvenes y tener, además, contacto presencial con ellos, algo muy necesario en estos tiempos en que se está tantas horas detrás de las pantallas.

—A propósito de las pantallas, ¿qué relación percibes entre Internet y la salud del libro?

—Descubrí Internet en los 90 y me volví loca, me dije "esto es todo". Sin embargo, toda esta facilidad de comunicación y de información se ha convertido en algo banal. Se ha deteriorado la manera en que el ser humano aprende, no se privilegia ni la memoria ni la emoción y esto me ha desilusionado. Creo que debemos usar la Internet como medio contra la frivolidad.

—¿Nos adelantas algo sobre El disco de Troya?

El disco de Troya llegó a mi conocimiento durante la investigación de la novela precedente —El disco del Cielo—. Había sido encontrado en esta ciudad y su figura principal es la de un ciervo. Esto me hizo conectar de inmediato con el culto al dios con cuernos, que impregnó durante muchos siglos la religión antigua y al que el cristianismo convirtió en el cornudo Satán. Del disco de Troya surgió una novela que versa sobre la fundación de Troya. La historia tendrá continuidad en Cuba, en el 2013, y tiene como escenario principal el Museo Napoleónico de La Habana y los misterios que custodia.
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