Yo también amo el canto del cenzontle
Entrevista de El Naranjo a María García Esperón
Marzo 2013.
¿De dónde surge el personaje de Copo de Algodón?
De mis recuerdos personales y de la lectura atenta de la Historia de México. Había que arrojar luz sobre esos días del primer encuentro entre españoles y aztecas, que son el momento de nuestra fundación no solo como país, sino como proyecto humano.
¿A casi tres años de su publicación, habrá una segunda parte de Copo de Algodón?
Yo estoy convencida que los libros transforman la realidad. Esa es una de las lecciones fundamentales de la obra maestra de la literatura española, Don Quijote. En su segunda parte, Don Quijote se aventura de nuevo en un mundo ya quijotizado. En su segunda parte, Copo de Algodón haría una andadura en un mundo de lectores que ya la asimilaron, la absorbieron, la convirtieron en parte de su propio pasado, personal e histórico. Se han convertido en sus partidarios, en el mejor de los sentidos. Quieren ser, con ella, flor y canto de la cultura azteca que es nuestra poderosísima raíz, nuestro reservorio para los tiempos difíciles, el manantial de nuestro ser. Hay libros, dice Gastón Bachelard, que no son para ser escritos propiamente, sino para ser soñados. Y los sueños, aunque no podamos palparlos ni medirlos ni venderlos… son los delicados artífices de lo mejor de nuestro mundo.
Y hablando de sueños, ¿cuáles son tus sueños con respecto a esta novela?
Dijo Shakespeare que estamos hechos de la misma tela que nuestros sueños. Yo estoy hecha de los sueños de Copo y ella está hecha de los míos. La relación personaje-autor es una de las más fascinantes. Yo he vivido con los personajes situaciones muy interesantes, pero antes de hablar de ellas me remito a una novela que me marcó profundamente, leída en la juventud. Me refiero a Niebla, de Unamuno ¡esa nivola! En esta novela, Augusto, el protagonista va a ver al autor, discuten sobre la existencia de ficción de Augusto y se concluye que ambos, autor y personaje, son sueños. La poesía azteca maneja el concepto de in itlatol temictli, “sueño de palabras”. Yo escribo en un sueño de palabras, y en esa lógica del sueño, para Copo sueño en primer lugar tener la traducción al náhuatl. Esta niña tiene que hablar en su lengua original. En ese idioma portentoso que es, como decía más arriba, un reservorio, un manantial de nuestro ser mexicanos.
¿Qué situaciones interesantes has vivido con tus personajes, en particular con Copo de Algodón?
Quisiera decir algo antes: nunca digo o evito decir “mis” personajes porque los he soñado para la libertad. No son míos, son dones generosos de la Memoria y de la Imaginación, seres que he entrevisto en la cueva de tesoros de la Palabra. Unos son históricos, otros los he inventado o mejor, descubierto. (En latín, invenire tiene los dos significados: inventar y descubrir). Copo de Algodón es una persona que como todas tuvo un arco vital, que como todas amó, sonrió, lloró y fue amada. La huella de ese amor es lo que nos hace inmortales a todos. El amor nos lleva a través del tiempo, eso esencial que somos. Pues eso esencial que fue y es Copo ha trascendido en las páginas de este libro, en las ilustraciones de Marcos Almada, trémulas de vida; en la mirada de algunos lectores, que se han acercado a mí y me han transmitido lo que Copo les inspira. Hace más de un año viví en el Castillo de Chapultepec una experiencia muy intensa, al escuchar el Coro de Niños Cantores del Estado de México el tema de Copo de Algodón, de la autoría de ese extraordinario artista que es David García Hernández, y las niñas cantaban en náhuatl, y el espacio resonaba no solamente con música, sino con amor, ese amor del que hablo.
¿Qué distinciones ha recibido Copo de Algodón en el mundo editorial?
La más importante, que es un libro leído. Ahora recuerdo la expresión de una maestra de Durango: “Este libro tiene alma”, dijo. Casi inmediatamente a su publicación, fue elegido el libro para formar parte de las Bibliotecas de Aula, en el programa de la SEP. Esto significó que la niña azteca de la flor y el canto estaría emblemáticamente presente en toda la República Mexicana. Forma parte de las lecturas recomendadas oficialmente para secundaria por el Ministerio de Educación de Argentina. Y recientemente ha sido postulado como uno de los mejores libros 2013 en el Banco del Libro de Venezuela.
Sabemos que tanto El anillo de César como Copo de Algodón están disponibles en formato digital en la tienda de Apple, ¿cuáles son tus impresiones sobre esto?
Yo soy una gran partidaria de la tecnología. También profeso el amor por el libro impreso, como objeto que apela a los sentidos. Me fascina particularmente el pensar que el siglo XVI mexicano se conozca, se lea en los formatos del siglo XXI. Que Copo de Algodón sea también a través de esos medios, una niña azteca en el siglo XXI y que su clara voz esté en la palma de la mano de los niños y jóvenes a través de la tecnología. Y esto me parece más que nada, poesía, porque al igual que Copo de Algodón, yo también amo el canto del cenzontle… en cualquier formato.
La poesía azteca en la voz de María García Esperón