Hipocampo
Vagando por el mar,
siempre a la fuga,
el corazón escondo
torpe el silencio,
entre conchas de luz
en sueños viajo
al deseo sublime
infinito abismo
que te esconde siempre.
De ocaso a un alba
que nunca llega
y en desvelo madrugada,
trashumante soy tan peregrino
y no encuentro mi ruta
en quimeras errante
perdido siempre el mar atrapo
entre su hosco silencio,
mi azul castigo.
Apresado en la pared
así me veo,
hipocampo en la red,
amor en piedra convertido,
allí dos conchas nacaradas
que me miran siempre,
entre dos almas
disputándose mi sueño
y mi silencio…
al deseo sublime
infinito abismo
que te esconde siempre.
De ocaso a un alba
que nunca llega
y en desvelo madrugada,
trashumante soy tan peregrino
y no encuentro mi ruta
en quimeras errante
perdido siempre el mar atrapo
entre su hosco silencio,
mi azul castigo.
Apresado en la pared
así me veo,
hipocampo en la red,
amor en piedra convertido,
allí dos conchas nacaradas
que me miran siempre,
entre dos almas
disputándose mi sueño
y mi silencio…
(C) Enrique Pérez Díaz
marzo 2013