Foto: Anna Xalabarder |
COMO MADURA LA NARANJA, EL LIMONERO.
Como el campo se cumple en su destino.
Así ha crecido mi amor, así
ha germinado desde dentro
y ha tenido su tiempo y su espera
y sus días benignos y también sus lluvias.
Las últimas siempre arrecian. Las últimas
lo han echado a perder. Es una lástima.
Vida ya madura y derrochada, el amor malgastado
hace girar el mundo. Sólo entiendo este motivo.
Otra cosa, si cierta, sería horrible e injusta.
La luz de la vida ha de tener algún destino.
Un corazón entregado ha de ser tierra abierta a la semilla.
Así lo siento y así en el poema lo concluyo.
(El poema exige un final limpio).
(C) Santiago Montobbio
Los soles por las noches esparcidos
El Bardo, 2013