Recuérdale a la vida
que hemos estado juntos,
que teníamos una casa
rodeada de hortensias
un perro y unos árboles
que no sabrán estar eternamente solos.
Recuérdale a la vida
que ha de acercarse aquí alguna tarde
a podar nuestra ausencia,
a recoger tu ropa,
a deshojar la sed de nuestro pozo.
Recuérdale a la vida
que hemos querido tanto aquellas cosas
y lo dejamos todo.