Video: MGE
Debajo del Templo de la Serpiente Emplumada en la zona arqueológica de Teotihuacán, se ha descubierto un túnel que a 12 metros de profundidad podría conducir a la develación de una de las grandes incógnitas del sitio: el enterramiento ritual de sus dirigentes.
Sergio Gómez Chávez es el arqueólogo que está a la cabeza del proyecto llamado Tlalocan-Camino bajo la tierra, que se antoja un espectacular túnel del tiempo, pues nunca ha sido saqueado y fue sellado hace mil ochocientos años por los antiguos teotihuacanos.
Fotografía: El Universal
El Tlalocan
El nombre dado al proyecto de excavación remite a una de las más profundas concepciones mesoamericanas con respeto a la persistencia del ser más allá de la muerte: el Tlalocan o lugar de Tláloc, que fray Bernardino de Sahagún describe como una suerte de paraíso terrenal:
"...jamás faltan ahí las mazorcas de maíz verdes, calabazas, ramitas de bledos, axí verde, tomates, frijoles verdes en vaina y flores, y allí viven unos dioses que se llaman Tlaloques, los cuales parecen a los ministros de los ídolos que traen los cabellos largos".
Al Tlalocan iban quienes morían ahogados, fulminados por el rayo, los enfermos de hidropesía y los aquejados por la gota. En el célebre mural teotihuacano de Tepantitla se ha identificado a la figura principal como Tláloc -aunque tiene atributos femeninos- presidiendo su florido paraíso. Paraíso de agua.
Con 200 toneladas de tierra y piedra cerraron los antiguos teotihuacanos el túnel que podría despejar muchas incógnitas de este pueblo misterioso, arrojar luz sobre su origen, sus conocimientos astronómicos y geodésicos, su concepción del hombre, su lenguaje. Camino bajo la tierra como los 5 km de la calzada de los muertos son camino bajo el cielo hacia el norte teotihuacano que asoma detrás de la pirámide de la luna. Camino bajo la tierra asociado a la construcción dedicada a la serpiente emplumada, la que vibra con el sonido del quetzal y la que se constituye en jeroglífico del año por las 366 cabezas que representan a Quetzalcóatl y Tláloc.
Camino bajo la tierra, inframundo como la cueva lobulada bajo la pirámide del sol, sobre ella la construcción, imagen de la montaña primordial, fuerza ascendente de la ciudad jeroglífico, el signo sagrado en el que los dioses crearon el sol y la luna mediante su sacrificio en la hoguera y en la que los hombres pueden convertirse en dioses.
María García Esperón