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Isabel Bueno Bravo: Moctezuma en Londres

Isabel Bueno Bravo y su Moctezuma

Isabel Bueno Bravo, además de escritora es Doctora en Historia de América. Se ha especializado en la figura de Moctezuma. Durante la fría semana que nos dejó estuvo Isabel en Londres, en el Museo Británico, donde pudo ver de cerca a su "Señor Encolerizado", el gran Moctezuma. Esta es la crónica que nos hace llegar, como su foto ante el promocional de la exposición, encantadora, aterida y vivaz (MGE).


Londres estaba en su sitio, aterido, pero en su sitio. La odisea se produjo al otro lado de los Pirineos. La salida de casa ya auguraba dificultades, pues al llegar a la Castellana una máquina quitanieves precedía a nuestro taxi. Pero un vendaval de nada no iba a desanimarnos, sobre todo porque ya estaba todo pagado y no devolvían una “peseta”.

Partió nuestro tren como brioso corcel, pero al llegar a Burgos la cosa se ponía seria y ahora la quitanieves iba por los raíles precediendo nuestro tren. Al llegar al intercambiador de Hendaya estaba congelado. Los operarios sesudos para arriba y para abajo, hablaban por el talki, pusieron doble máquina para tirar del tren, pero el hielo era más poderoso, así que no hubo otra que traer una especie de vaporeta gigante e ir descongelando al hipotérmico del tren, que tardó en recuperarse ¡5 horas!.

El trámite de Hendaya no solo nos hizo perder la conexión con el Eurostar, sino que se perdió la conexión en Poitiers con el señor que traía los bollos para el desayuno, así que nuestro suculento y esperado desayuno se quedó en un triste colacao con dos tostadas frías, frías como el tren.

Por fin amaneció y el día era en blanco y negro, hasta llegar a París donde seguía siendo en blanco y negro. Cambiamos de estación y todo se resolvió a las mil maravillas. Cambio de billetes para el siguiente tren, sólo había que esperar ¡dos horas más!.

Nos acomodamos en el famoso eurostar. Morroñoso donde los haya, con un frío del copón, sin calefacción, sin caramelos en la cafetería, ¡qué feos eran todos! ¡por dios, qué comentario!, pero sí, feos, feos de cojones. Llegamos a Londres, en escasa dos horas y media, a la estación de San Pancracio (el del perejil), Sanpancras que dicen ellos y al ladito el hotel. Pero el día seguía en blanco y negro.

A la mañana siguiente Londres amanecía nuevamente aterido, la nevada fue monumental, pero ellos son así, debe ser lo del humor inglés, ese que tenemos todos menos ellos, y la nieve se acumulaba en las aceras sin que a nadie pareciera importarle. Pero a nosotros nada nos amilanaba y tras pantagruélico desayuno, salimos a la calle en busca del British Museum, donde me esperaba mi amado Moctezuma, el Señor Encolerizado, y no me defraudó, enorme, magnífico, allí estaba el cuauhxicalli del águila, un escalofrío me recorrió la espina dorsal, porque yo ya había estado allí, ya lo conocía, ya lo había usado.

Y así han trascurrido los días en blanco y negro. Cogidos del brazo, un pasito para adelante y otro para atrás, porque la nieve sin quitar. Soho, national galery, big ben, abadía, parlamento, somer…nada se resistía, parque de Mary Popins y por supuesto el anden 9 ¾ con foto incluida.

Adiós Londres, me voy bajo el mar y te dejo aterido, con los pies fríos y tus mocos de carámbanos. Hola Paris, chisporreante torre, magnífica exposición de la ciudad de los dioses, que no me da tiempo a ver, estando en la puerta. Corremos bajo un chaparrón inmisericorde para coger nuestro caballo de hierro, que esta vez puntual, nos devuelva a casa un domingo dormido, con apenas luz de día. Hola Madrid, me tienes aquí.

Isabel Bueno Bravo
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