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Tenamiquiliztli: Reencuentro, poesía náhuatl contemporánea


Francisco Morales Baranda


Atlixco nimitztemohua,
Innepapan xochitzalan,
Nimitztemohua, nimitztemohua,
Ihuan nimitznenatlixtemohua.

Te busco en el rostro del agua,
Entre las variadas flores.
Te busco, te busco
Y en vano te busco en el rostro del agua.

Nimitztemohua itzalan nomahuan,
In quiauhcuauhtla
In petlapaltic ihuan poyauhtic,
In cuauhatlapalli, ihuan nimitzitta,
Ipan noxochimil icuauhxochiuh.

Te busco entre mis manos, en el bosque de lluvias,
En las esteras húmedas y esponjadas,
En las hojas, y te contemplo en el
Árbol florido de mi jardín.

(C) Francisco Morales Baranda
Voz:
María García Esperón
Música:
L. Einaudi
2010
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Miradas manchegas de Pedro Villar


Pedro Villar ha hecho con los suyos un viaje por las tierras de Don Quijote.
Y de ese camino que se nos antoja recorrer ...envía cielo, sol y Cervantes en estas...

Miradas manchegas

Molinos de Campo Criptana, Ciudad Real, en los que se inspiró Cervantes
en el capítulo de la lucha contra los gigantes.





La cueva de Medrano donde estuvo preso Cervantes e inició el Quijote 
está en Argamasilla de Alba (Ciudad Real).


La Casa del Caballero del Verde Gabán en Villanueva de los infantes (Ciudad Real). 




Y, agradecidos, de la MIRADA de Pedro y de la mano de Don Quijote, nos trasladamos en el tiempo y el espacio para casi pisar esta venta de Puerto Lápice, y a la sombra de la estatua del de la triste figura escuchar a través de sus letras, la VOZ de Cervantes:

“Autores ay que dizen que la primera aventura que le avino fue la del puerto Lapice, otros dizen que la de los molinos de viento; pero lo que yo he podido averiguar en este caso, y lo que he hallado escrito en los Anales de la Mancha, es que el anduvo todo aquel dia, y al anochecer, su rozin y el se hallaron cansados y muertos de hambre; y que, mirando a todas partes por ver si descubriria algun castillo o alguna majada de pastores donde recogerse, y adonde pudiesse remediar su mucha hambre y necessidad, vio, no lexos del camino por donde iva, una venta...” 



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Memoria del bosque


 Memoria del bosque

Francisco Álvarez Velasco



Ya viene la blanca niña,
ya viene la niña blanca
al pie de la fuente fría
que por el oro manaba
(Romance de la Danza Prima)


En la lenta memoria de este bosque
de corazón plural, común a tanta vida
de líquenes y musgos,
denso perfume del laurel sagrado,
hojas tiernas de mayo,
o ramas neblinosas del invierno,
se han perdido las sendas por donde el hombre iba
y la choza en el claro no encuentra el peregrino,
y la yedra ha escondido las letras amorosas,
las que ciñen las limpias cortezas de abedules.

Hay, en cambio, una fuente
lustral y clara y fría,
esa que suena insomne y recuerda la historia
de aquella blanca niña.


(C) Francisco Álvarez Velasco
Libro del bosque
Voz:
María García Esperón
Música:
L. Einaudi
MMX
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Argos


Aurelio González Ovies




Los caseros no atienden a sus ojos, 
pero detrás de sus negras pestañas 
oculta una tristeza tan redonda 
que apenas le permite la mirada. 
Por eso algunas veces con la cola, 
cuando escucha el sigilo de las vacas, 
dibuja sobre el barro en que reposa 
retazos de impotencia y de desgana. 
Y poco a poco el giro de las moscas 
que rondan sobre él noche y mañana, 
le han dado un parecido con las cosas 
que a la muerte se pudren olvidadas. 
Su hocico respingón ya tiene forma 
del aullido más último del alma, 
y de aquella nariz de caracola 
tan única en los rastros de la caza, 
cuelga la transparencia de una gota 
que ya no puede secarse con la pata. 
Y aunque sigue esperando, de su boca
sale de vez en cuando esa palabra 
con que expresan los perros su derrota;
y lloriquea y cae y se levanta...



(C) Aurelio González Ovies
Voz
María García Esperón
Música
Yanni
MMX
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La palabra de un hombre hace visible lo real


LA PALABRA DE UN HOMBRE

HACE VISIBLE LO REAL

Francisco Álvarez Velasco




La paraula d´un home fa visible el real


Pere Gimferrer


Porque si dices árbol
hay uno que se yergue
al lado del camino,
y el árbol se nos puebla de pájaros y tiene
rayos de luz y brisa verde y lenta
de oro en esta tarde.

 Y hasta su tronco un hombre
llega por el camino,
y su sombra se funde con la sombra del árbol

(C) Francisco Álvarez Velasco
Libro del bosque
Voz: María García Esperón
Música: Yanni
MMX
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En la noche del bosque



Libro del bosque
En la noche del bosque

Francisco Álvarez Velasco

 

Desmoronadas yacen las palabras comunes 
por una blanca página ofrecida al silencio. 
Cuando el día se borra, vuelve atrás 
la memoria vacía
y camina en renglones ya sin signos.

Bajémonos del monte, que arriba está la bruma, 
está la piedra dura, está la hierba amarga, 
está la costra vieja de la tierra.
Arriba está la orilla de la nada.
Y salpican los densos goterones del olvido.

Es amarga la cumbre y es estéril.
Sólo para la brisa o algún caballo antiguo 
o para la lengua áspera
(esa lengua no humana de la vaca
que va lamiendo el mundo por las cumbres) 
se alza el pubis azul de aquellos cardos.

Hermosas amanitas de la muerte brotarán por el bosque.
Estarán marcando ahora
el corro sigiloso de los sábados, 
ofreciendo su aliento seminal
y nívea carne virgen
para una última cena que nos abra las puertas. 
Sólo quedan los bosques. No queda otro refugio. 
Que golpee las puertas su latido terreno 
y nos las abra.
Y unidos descendamos la ladera brumosa,
de espaldas a los dioses de la cumbre:
en lo hondo del valle está la luz y la común hoguera 
que nos congregue en círculo.

Sobre el oscuro arroyo de la noche 
ven a tender tu cuerpo,
un puente que me lleve a la otra orilla.


(C) Francisco Álvarez Velasco
Voz: María García Esperón
Música: Faun. Karuna.
MMX
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El banquete de Moctezuma en Tarragona


Copo de Algodón, la princesa azteca, ya llegó a Tarragona y Anabel Sáiz Ripoll, en su delicioso blog De la literatura juvenil a la Cuina ha servido el banquete de Moctezuma.
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Ye qu'anque nada puea detenese


Aurelio González Ovies


Ye qu'anque nada puea
detenese,
fui tan feliz que yá ye suficiente. Baxo'l
escurecer, equí, recuerdo
agora
la vida madurando
como un frutu brillante. Les andarines fieles
xirando hasta la cuadra y el golor
de la yerba.

-Mio ma yera tan moza...-

Esistió too en mi. El cariñu y la infancia
como un pan abondante,
los rayos del branu entrando
hasta la siesta. El nome delos páxaros,
el so cantar. Lluciérnagues
col silenciu prendíu so les nueches
tan llargues.

Too fue tan de verdá que ye bastante.
Más p'allá, los palos de la lluz,
los maizales
y el mundu terminábase.

(C) Aurelio González Ovies
34 poemes
(a imaxe del silenciu)
Llibrería Académica, Uviéu, 2003
Voz: María García Esperón
Música: New beginning. Yanni
MMX
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Mujer contra la muerte


Del viejísimo jugo de la tierra

Las ínsulas extrañas

Francisco Álvarez Velasco






La llamarada azul de la mañana

por tus ojos. Y un jugo de continua

primavera en el fruto partido de los labios

que a la vida me invitan.



Me invitan a la vida. Sin embargo,

noviembre entre los chopos

todo un río amarillo camino de su muerte.

La senda que llevamos va llena de señales

de un tiempo glorioso como el nuestro

(el que juntos gozamos

y hoy ya desmoronado como tapias de adobe).



¿Me salvarán tus ojos? ¿Me salvaré en tus labios?

Me salvaré en tus ojos

si miras en el árbol

y encuentras las señales

del ritual misterioso de un tiempo que retorna.

Me salvarán los labios, si en tus labios florece,

como el hierro en la fragua con fuego destellante,

la ardiente rosa roja contra todo el invierno.

(C) Francisco Álvarez Velasco
Del viejísimo jugo de la tierra
Voz: María García Esperón
Música: Yiruma
MMX
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Tal vez puedas salvarte, de Francisco Álvarez Velasco

Del viejísimo jugo de la tierra



Las ínsulas extrañas

Francisco Álvarez Velasco


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Tal vez puedas salvarte

si hoy por tu espejo vienen

bandadas de palomas que marcaron

linderos a la infancia

y campanas que fluyen

en altos campanarios

y nos convocan, llaman, están llamando a fiesta.



Cruza, en cambio, una niebla repleta de presencias ignoradas

con el espeso espanto del insomnio.

Y detrás de esta niebla,

otra niebla te llega sin orillas.



Tal vez puedas salvarte

si encuentras los caminos

y otro mundo detrás de los espejos

con mares, playas, islas.

Hay otra vida acaso en ínsulas extrañas
donde estés tú tendida para siempre.

(C) Francisco Álvarez Velasco
Del viejísimo jugo de la tierra
Voz: María García Esperón
Música: Passing by. Yiruma
MMX
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Ay, Gusana qué sola



Aurelio González Ovies


Ay, Gusana qué sola
se sintió bien temprano,
al ver vacío el hueco
de su Gusano.
En la misma manzana
cincuenta años...
cincuenta años durmiendo,
cincuenta paseando.
Juntos toda la vida,
Gusana con Gusano,
juntos a las lechugas,
juntos a higos pasos.
Ay, Gusana, qué pena
cuando estira los brazos
y no toca la barriga
de su Gusano.
Cincuenta años queriéndose,
cincuenta años casados,
cincuenta años, cincuenta,
hasta que se jubilaron.
Y ahora que iban a ir
de vacaciones a un plátano,
a un agujero nuevo
a orillas del verano...
¡A Gusano lo pisa
la pata de un caballo!
Ay, Gusana qué largos
se te hacen los sábados.
Gusano te diría:
¡Levántame ese ánimo!


(C) Aurelio González Ovies
Poemas desde el Faro
Voz:
María García Esperón
Música: Faun. Karuna
Imágenes: Vladimir Kush (de su serie Gusanos y Mariposas). Google.
MMX
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Toda la luz del mundo, de Francisco Álvarez Velasco

Del viejísimo jugo de la tierra



Las ínsulas extrañas

Francisco Álvarez Velasco



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Toda la luz del mundo junto a tu vientre estaba
y allí pude salvarme,
salir de los naufragios.
Venía brisa fresca de algún alba lejana.
La noche sin resaca, cerrada en sus linderos.
 
Era el paso del tiempo
el paso milenario del mármol cuando fluye.
No de otro modo el río
subterráneo se alza
por el pozo y se asoma
al espejo curvado de los cielos azules.
 
Toda la luz del mundo. Y hoy me quema el recuerdo.
 
Bajo lunas efímeras, bosques, sombras, espumas,
altas estrellas claras,
recorría tu cuerpo palpitante y tendido
como ardiente centeno luminoso,
como árbol que cae y sigue floreciendo.
 
Fuiste después arroyo fugitivo.
Hoguera de luz vívida, destellabas remota,
ocaso al rojo vivo de la tarde.
Era yo el caminante y nunca te alcanzaba.
Silenciosa, intangible te alejaste  
por la turbia hojarasca de mi insomnio.
 
Toda la luz del mundo. Y hoy me quema el recuerdo.



(C) Francisco Álvarez Velasco
Del viejísimo jugo de la tierra
Voz: María García Esperón
Música: Monday. L. Einaudi
MMX
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Menárdez: el que vence al olvido



Marcelo Suárez De Luna


 ¿Para cuando el amor?
Ese de la calle Honduras
El que vence al olvido
Y deja el alma
al revés


¡Pobre poeta sin amor!
Tal vez cruzando aquella esquina
Se rinda frente a ti
la suerte esquiva
por una vez

(C) Marcelo Suárez De Luna
http://pedromenardez.blogspot.com
Voz: Héctor Suárez "Buby"
Realización: María García Esperón
MMX
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VOLVER A SER NIÑO

Poesía dedicada a Manuel Blanco Cortés, (gran escritor y contador de historias, excelente ser humano, médico y psicólogo. Los derechos de autor de sus libros van destinados a Aldeas Infantiles SOS) tras tomar prestadas algunas de las PALABRAS que encontré en su libro "Cartas para un país sin magia" , el cual me dedicó en la primavera de 2008 con miles de sonrisas, cercanía e ilusiones. Sincera y mágicamente.

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VOLVER A SER NIÑO


“De boca en boca,
de mano en mano,
de flor en flor”

Para volver a ser niño,
sólo basta recordar…

Año tras año, las hojas del otoño
amarilleando el calendario,
las carreras de triciclos,
el colegio, los amigos
y
el último recreo.

A lo lejos quedan trazados
los senderos del verano
a la sombra de un invierno
en la casa de los abuelos.

Salpicados los días lluviosos
de Domingos y festivos.
Al pie del camino,
los gestos heredados
y los ecos
de las interminables tardes de juegos.

De boca en boca…
en silencio o a gritos,
los secretos compartidos
entre cuentos
y
libros polvorientos.

De mano en mano…
un montón de detalles
aguardando en los cajones.
Rondas, bailes
y
canciones populares
con todas sus noches
y algunos soles.
Y, también,
como no,
las meriendas, a carreras, en el parque.

De flor en flor…
tú a mí,
yo a ti,
jugando al escondite
a través del espejo,
lo igual es lo contrario
en sus miles de variantes.

En la boca…
las sonrisas, siempre, sin prisas.

En las manos…
las cosas sencillas,
y
los miedos contenidos
en unos bolsillos vacíos.

En la flor…
los sueños grabados
en las alforjas de la memoria.

De boca en boca,
de mano en mano,
de flor en flor.

Volver a ser niño…
un hola
y
este adiós.

Texto y voz: Asuncion Carracedo
Imágenes tomadas de internet
Música: "Just for Jade" by Karuna del album Meditation Sampler 2
Realización: "AMIGOS DE PAPEL" (España) 2010
UN CALIDO ABRAZO DE PAPEL desde mi rincón de León: ASUNCION
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Y sé también qué significa la esperanza


Aurelio González Ovies

Y sé también qué significa la esperanza:
todo pudiera ser, pero no es nada.
Hemos venido a construir el nido en vuestros brazos,
a pasar un invierno junto al fuego
y recitar el frío de las cigüeñas. La vida es esto,
amor mío, esta mano que tiembla cuando quita tu ropa,
esta lluvia que arrolla en tus espaldas, este molino de agua
que hace girar tus ojos.
Estaremos aquí hasta que pase la bandada
con la que hemos llegado
y entonces cerraremos las puertas de la casa,
dejaremos los muros mirando nuestro vuelo,
y nos alejaremos. Todo seguirá igual
y alguna flor por mayo crecerá con tu nombre.
La vida es poca, amor mío, (si restamos las horas
en que nos preguntamos quién somos realmente
o salimos al mundo con la máscara puesta),
y los días se acercan tan puntuales
con sus rollos de luz,
que una pausa a mediados de la noche
rompería los péndulos del cosmos
y se vería en tu carne el secreto del tiempo.
Nos iremos. Eso es todo. Y en las verjas del patio
donde hemos sido hombre, niño, mujer, adolescentes,
enramarán tu alma para impedir el paso.

(C) Aurelio González Ovies
En presente
Voz. María García Esperón
Música: Odessa. L. Einaudi
MMX
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Toda la luz del día, de Francisco Álvarez Velasco

Del viejísimo jugo de la tierra



Las ínsulas extrañas

Francisco Álvarez Velasco


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Toda la luz del día se aquieta en los espejos.

Detrás de los cristales

ese mundo que gira (de qué siglo a qué siglo)

con su viento sacude las ciudades lejanas,

los trigales de mayo.



Y golpea su lluvia los espesos postigos del silencio,

las esquinas amargas,

la hierba en los escombros,

o la suave tibieza de los nidos de alondra,

o aquel dulce volar

ayer vivo y azul de la luz en tu cuerpo.



Te sueño en ese mundo, y te busco en su tiempo.


(C) Francisco Álvarez Velasco
Voz: María García Esperón
Música: Dietro l'Incanto. L. Einaudi
MMX

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Dile al faro, de Aurelio González Ovies con Negra sombra, de Luz Casal


Dile al faro, de Aurelio González Ovies.
La hora de las gaviotas, Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jimenez, Huelva 1992.

Dile al faro
que nuestra barca ha muerto,
que ocupen nuestra roca otros dos jóvenes
y que todas las tardes
la arena tenga huellas parando las mareas.
Lo siento de veras, pero tengo que irme
hacia la tierra adentro de los míos.

Música: Negra sombra
Mar adentro B.S.O, 2004
Carlos Núñez y Luz Casal

Negra sombra
Cando penso que te fuches
negra sombra que me asombras
ó pé dos meus cabezales
tornas facéndome mofa
Cando maxino que es ida
no mesmo sol te me amostras
i eres a estrela que brila
i eres o vento que zoa
Si cantan, es ti que cantas
si choran, es ti que choras
i es o marmurio do río
i es a noite i es a aurora
En todo estás e ti es todo
pra min i en min mesma moras
nin me dexarás nunca
sombra que sempre me asombras.
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Las ínsulas extrañas, de Francisco Álvarez Velasco



Las ínsulas extrañas

Francisco Álvarez Velasco


Canción 36

No salgas de la noche

porque sucede a veces que de un sueño

se parte hasta otro sueño

en que verás arder la hoguera que nos junta.


Otro sueño en que bebo, estoy bebiendo

la limpia luz del alba

en tu cintura, toda

la luz de los ocasos.

Y mana el agua pura.


Abre la puerta ya para ese mundo

donde suaves fluyen las llamas y la brisa,

la hiedra por los árboles,

y mana el agua pura.


Y la vida es total y fluye para siempre,

como va y como viene

por la playa la espuma,

como caen

los más altos arroyos de la nieve,

o sube hasta nosotros un continuo

brotar de violetas,

como fluye ese vuelo incesante

del bando de palomas hacia el alba,



oh, tú, mujer que vas por ínsulas extrañas

en la noche más clara de tu cuerpo,

do mana el agua pura. 

(C) Francisco Álvarez Velasco
Del viejísimo jugo de la tierra

Voz: María García Esperón
Música: Cerchio. L. Einaudi
MMX

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Libro de los muertos


Aurelio González Ovies

Llamo al extraño
ser que habita en mí:
Hombre, levedad, agua
de los aljibes del silencio,
bruma de la palabra
norte,
guitarra del vagabundo de la muerte,
ceniza de la forma,
yo en ascuas en tentación,
desertor incandescente
de la noche.

Fragua antigua de la vida.
Libro de los muertos.

Nadie responde.

(C) Aurelio González Ovies
De "Nadie responde"
Voz
María García Esperón
Música
Uno
L. Einaudi
Fotos: AGO (Tardes de cal viva)
MMX
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El mismo barro, el mismo sol, las mismas manos


El sol, la luna, las flores de cinco pétalos, el árbol de la vida, los perritos apilados de la izquierda, el dios del fuego a la derecha: el mismo barro, el mismo sol y por herencia las mismas manos de los artistas toltecas en la mirada de María García Esperón.
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Nana para Luna


Francisco Álvarez Velasco

En las nubes el viento,
en los montes la lluvia,
en la noche la sombra,
en tu cara la luna.

Duérmete, ea,
que ya se calla el viento
para que duermas.

De la peña al arroyo
--culebrilla de plata-,
del arroyo los juncos,
del arroyo las ranas.

Al arroyo la luna.
Entre las piedras claras
y los peces oscuros,
las moneditas blancas.

Duérmete, ea,
que las ranas se callan
para que duermas.

Del arroyo al molino,
molinera del alma,
con los trigos morenos,
las harinas más blancas.

En el horno la leña
se abre en flores de fuego.
En la artesa la harina
es un monte creciendo.

Duérmete, ea,
que las llamas se callan
para que duermas.

Duérmete, Luna, duerme,
que cuando llegue el alba
en la mesa te espera
una hogacita blanca.

(C) Francisco Álvarez Velasco
http://www.portaldepoesia.com
Voz:
María García Esperón
Música:
Yanni
MMX


Paco y su nieta Luna durante la presentación de su libro La luna tiene una liebre. (Pintar-Pintar)
Foto: Ester Sánchez
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Viodo


Aurelio González Ovies

Siempre creí que el viento nacía en Viodo. Pensé que el mundo en Viodo terminaba. Viodo era para mí el paraíso. Allí conocí el fuego y probé el agua. A Viodo yo le debo el pan caliente. En Viodo yo lo tuve todo un día. Viodo estaba tan lejos como un año. El nombre de los seres que no olvido. Los nombres que devora la distancia. Ca Telvina Carola y ca Rogelia. En Viodo apenas hoy me queda nada.

El cementerio donde mi madre duerme. La casería de los antepasados. El altavoz ronco del colchonero. Mi infancia de la mano de Remedios. La esbeltez del depósito, la escuela. El Castañeo, La Huelga y El Pozón. El llanto demencial de María Pacha. El yunque tempranero de la vida. El «Atrevido» atado bajo el hórreo. Las ristras de maíz como hambre fresca. El andaluz con aliento de vino. Las rosas de cien hojas de la huerta. El vaho protector que había en la cuadra.

La tierra que está encima de mi madre. El Estrián, agosto, tierra seca. La «gradia» y el surgir sin fin de las patatas. La claridad camino a Lavandera. El olor de la cal y los orígenes. La acritud del cucho en la antojana. Los altos eucaliptos vigilantes. El hule y la masera adormecidos. Las potas borbollando a fuego lento. El molino y la acequia en casa de África. El Humedal, la fuente, los narcisos. El sendero que sube hasta Bañugues. Atajos que bordean la mañana. La vía y los vagones de la mina. La estatura campesina del mundo. Los bálagos que visten el paisaje. El eco de la «línea» en Entrerríos. Secunda con su burro y las albardas.

El nicho en el que mi madre espera. El humo de la leche que se ha ido. Una mujer de luto con calderos. Una fuente donde lavan y cantan. La habitación cerrada por la ausencia. El rosario susurrado en penumbra. Los viveros tapados con un plástico. La chispa y la alegría de Clarina. El vaso con el perejil reciente. Los tiestos con crisantemos y dalias. El costurero, el huevo de madera. La lata de las cartas y postales. El cofre que guarda unas escrituras. El barreño de cinc, la palangana. Remedios que huele a limpio y a buena.

El eterno descanso de Luz Ovies. La higuera en el camino a casa Amparo. El campo de la iglesia, las campanas. El Bar Central, Ladino y Manolita. Aquel cuadro de «La última cena». La agilidad nerviosa de Marcela. Los estorninos y el ballico de Guerble. El día de la fiesta, las lanchitas. La procesión, la fe en «San Bartuelo». El aceite guardado por si acaso. El perfume a manzana en la panera. El musgo en las juntas de las ventanas. Los primeros tractores que llegaron. Los zapatos que Luis pone en entierros. El traje oscuro, la camisa blanca.

La lápida de Nieves y mi madre. Las vigas donde el tiempo se ahorca a diario. El «forno» donde el humo permanece. El cristal roto con la cinta aislante. La rama del laurel para el cocido. El azafrán y la canela en rama. Las golondrinas crías, su pico abierto. La cortina que había en la carbonera. El armario empotrado inalcanzable. El que cobra lo de las funerarias. El plumier de Adelina para Reyes. El reloj de la comunión. La esfera. La cinta atrapamoscas en el techo. La persona que varea la lana. El gancho con el trozo de tocino. Nori que borda para Albandi sábanas.

El cuerpo de mi madre tras el mármol. La muerte de Pacita, ¡qué lejana! El gesto y la bonanza de Zulima. María Estébana regando ropa al verde. La hoguera en la que queman trapos viejos. Unas astillas dentro de la hornilla. Los piñones que soltaban las piñas. Aquello de «Dios bendiga esta casa». La taza grande para el chocolate. La luz feliz que nunca más he visto. El «rinchar» del carro en la madrugada. La boda, el mismo día, de José y de Pilina. La luz sobre el silencio apolillada.

¡Viodo, qué cerca y qué apartado de mi vida. Cuántos sueños cruzando casa Flora. Cuántas noches bajo a los Abanales. Y cuántas Manolo me corta el pelo! Viodo. Ca Llarriba, Llabaxo y ca Santana?

(C) Aurelio González Ovies
La Nueva España. 5 de noviembre 2008
Voz:
María García Esperón
Música: L. Einaudi
MMX


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Cuéntame, de Pedro Villar y María Wernicke en la revista Qué leer


En el último número de la revista Qué leer ha aparecido una reseña del hermoso libro Cuéntame de Pedro Villar con ilustraciones de María Wernicke, publicado por Fineo:

El poeta alicantino Pedro Villar y la ilustradora argentina María Wernicke son los autores de este libro, un delicado canto a la capacidad de las palabras para evocar recuerdos, para relatar sueños, para inventar historias... relatos que luego se cuentan a otros. "A veces sueño con el mar, camino por la arena, recojo conchas de todas las formas y colores". Escrito en prosa, aunque con gran lirismo, la obra es un homenaje a "todas las personas que en algún momento de nuestra vida nos han contado o cantado", dice el autor, quien dedica este trabajo a su abuelo Pedro Sánchez Véliz.

¡Felicidades a María y a Pedro por este muy especial trabajo conjunto que demuestra cuán reales pueden ser los sueños! (MGE)
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Copo de Algodón en El Naranjo


Como fruto de la tierra de las letras que es, mi novela Copo de Algodón ya pende del frondoso árbol de El Naranjo (MGE):


"Copo de Algodón, hija de la princesa de Tacuba y del señor de Tenochtitlan, y esposa del señor de Iztapalapa, nació en la era del Quinto Sol. Un día su mundo se agitó, como las aguas al lanzar una piedra... Conoce, a través de su voz, los acontecimientos de su época: las guerras floridas, la matanza de Cholula, la llegada de Hernán Cortés, la muerte de Moctezuma, el sitio de Tenochtitlan... y sumérgete en la historia antigua de México, en la existencia de sus personajes y en la fascinante cosmovisión de este pueblo".


www.edicioneselnaranjo.com.mx
www.sacalejugoalalectura.com
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Copo de Algodón: Reseña de María Eugenia Mendoza

La escritora y queridísima amiga María Eugenia Mendoza ha publicado en su blog La Aldea de las Letras la primera reseña sobre mi novela Copo de Algodón, en la que pone de manifiesto su profundo compromiso con la historia de México, con nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro. Dar a luz este libro ha sido el conjunto esfuerzo de Ediciones El Naranjo, su directora Ana Laura Delgado, la editora Angélica Antonio, el ilustrador Marcos Almada Rivero, Rosario Ponce, Jonathan Minila... y el que una mirada de palabras conocedora y generosa como la de María Eugenia lo haya leído con esa claridad, viste a Copo de Algodón -y nos viste a todos-  con el huipil de la esperanza. (MGE)

Copo de Algodón
María García Esperón
Ilustración Marcos Almada Rivero
México, Ediciones El Naranjo, 2010 
ISBN: 978-607-7661-17-7

María Eugenia Mendoza Arrubarrena

María García Esperón lo hizo de nuevo. Rescató del olvido a una princesa. La primera fue Cleopatra Selene, en la extraordinaria novela Querida Alejandría. Ahora nos presenta a Tecuixpo Ixtlaxóchitl, Copo de Algodón, Flor Blanca, hija de Teyhualco, princesa de Tacuba y de Moctezuma Xocoyotzin, el Gran Tlatoani de Tenochtitlan, "nacida el día 2 viento del año 5 conejo, en la gran ciudad de la laguna".

María García Esperón da voz a Copo de Algodón o quizá Copo de Algodón esperó pacientemente y por fin descubrió a María, quien la escuchó con amorosa atención y se convirtió en la portavoz de la hija consentida del Gran Tlatoani, quien tiene tantas vivencias que compartir con los herederos de los cimentadores del agua y con el mundo entero. 

La pequeña Tecuixpo se entera por su nana cómo fue su nacimiento, cómo fue recibida  entre los cantos de la princesa de Texcoco y los rezos de la reina de Tacuba, sus abuelas. Y de cómo sus ojos recién abiertos al mundo vieron directamente a los ojos a su padre, a quie ama y admira. Pero ese amor no impide cuestionamientos "¿Mi padre es un hombre cruel?", pues además de ser un temible guerrero era sacerdote y "no vacilaba en arrancar del pecho del sacrificado el corazón palpitante que alimentaba la sangre solar de nuestro señor, Huitzilopochtli".

Copo de Algodón cuenta pasajes de nuestra historia desde la perspectiva niña, de  testigo y protagonista en un tiempo y una cultura que a los ojos de la sociedad actual resultan dificiles de comprender. Cuando tiene ocho años asiste al sacrificio de la hija de su nana, la pequeña Quetzalli, quien lloraba mucho, y fue ofrendada, no como castigo sino como privilegio, a la diosa del agua Chalchiuhtlicue, la de la falda de jade. 

Reseña completa en La Aldea de las Letras



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Una larga espera




Alguien te espera en la terraza de un café, en Venecia,
mientras se pierde, desterrada por el golpeteo de la lluvia,
la música de una pequeña orquesta.
Alguien te espera en el caluroso camarote de un barco
viendo amanecer sobre los minaretes de Alejandría.
Alguien te espera, con un vaso en la mano y un cuerpo cerca,
--la lluvia aburriendo los cristales--
en una habitación de Hans Road, en Londres.
Alguien te espera, desnudo, en un cuarto art nouveau de París
--entra una luz borrosa a través de la ventana--.
Alguien en una esquina dorada por el sol,
cerca de Chapultepec, en Ciudad de México.
Alguien te espera, en otro camarote caluroso, mirando
atardecer sobre las olas del Caribe.
Alguien junto a la chimenea apagada en un piso de Bogotá,
con el aliento helado, en las orillas del Hudson, en Nueva York,
en la terraza de un hotel de Taxco
y en otra terraza, donde ladran unos perros, en Madrid.
Alguien te espera en la noche de Granada y en la madrugada de Veracruz,
recorriendo Lisboa desde el alto de la Serafina
y San Francisco desde Russian Hill.
Alguien te espera --hace mucho tiempo--
entre los viejos muros de una casa de Astorga
y haciendo el amor sobre la arena de una playa perdida.
Alguien te espera, espera con impaciencia tus noticias,
en repetidas habitaciones de apartamentos, en monótonos cuartos de hotel.
Y tú deberías avisarle, decirle de una vez la verdad,
que no puedes volver, que ya no tienes tiempo,
que es mejor cancelar la cita para siempre.
Pero no lo harás y él te seguirá esperando,
soñando cada sitio como si tú estuvieras por llegar,
repitiendo las mismas frases en los antiguos escenarios.
Hasta que un día se canse de esperarte
y piense que tú ya no vendrás, que tal vez hayas muerto.
Ese día, poco antes de dormirse, cuando maldiga
tanto tiempo perdido, su agotada paciencia,
podrá leer --escrita en las paredes-- la esperada noticia de tu muerte.

(C) Juan Luis Panero
Poesía completa 1968-1996
Tusquets Editores, 1997
Voz: Bellaescarlata
Música: Yann Tiersen

Muchas gracias a Bellaescarlata, nueva amiga, por regalarnos su preciosa voz y su sentimiento para este poema.
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SUEÑOS, LIBROS, Y NIÑOS

Hay quién se ha tomado al pie de la letra el consejo que ofrecí en mi último programa de radio: "vayas dónde vayas, querido lector, no olvides poner un libro en tu maleta estas vacaciones".

¡¡Y tan al pie de la letra!! que se lo ha tomado, como que se ha llevado, no uno, sino un montón de libros y material escolar al lugar de destino elegido.

¡¡Y menudo destino que ha elegido para sus vacaciones!!

Porque hay quién piensa que otras vacaciones son posibles, alejadas de todo convencionalismo. Y no solo lo piensa, sino que lo lleva a la práctica, con todas sus consecuencias y con GRANDES DOSIS DE ILUSIÓNNNN en la mochila.

Porque también hay quien cree, como yo, que los sueños se pueden hacer realidad si insistimos en caminar por ellos cada día. Solo hay que atreverser a probar, decidirse a dar el primer paso. Y es en ese preciso instante, cuando estaremos empezando a hacer realidad ese sueño. Sin saber si quiera si lograremos alcanzarlo, el sueño será parte real de nosotros mismos.

Y de SUEÑOS, LIBROS, VACACIONES DIFERENTES, Y PERSONAS ESPECIALES trata esta emocionante historia que, como siempre, se hilvana primero con PALABRAS.

Es una historia en forma de trío con muchos protagonistas. Un triángulo perfecto en cada uno de sus lados, apuntando al mismo vértice: LOS NIÑOS!!


Por un lado está Isabel Bermejo que trabaja en el Inteco en León. Ella sabe que otras vacaciones son posibles y se embarca en una aventura porque ya desde hace años había tenido ganas de hacerlo, pero nunca por alguna razón u otra encontraba el momento.

Por fín este año, buscando por Internet, encuentra una ONG Mexicana de Voluntariado Internacional llamada Nataté (http://www.natate.org/) que colabora con la Unesco y hace "campamentos" o "colonias" de verano de diferentes tipos. Se encuentra en San Cristobal de las Casas, Chiapas.

Chiapas es la zona más pobre de México y de los poco lugares donde realmente queda auténtica cultura indígena.

San Cristóbal de las Casas es una pequeña metrópoli que a lo largo de todo el año, es visitada por muchos turistas que viajan desde todo el mundo a esta "ciudad mágica" en las montañas. Sin embargo las apariencias engañan, ya que hay muchos niños que trabajan en las calles como vendedores o boleros. De esta forma, nunca podrán terminar una formación escolar y no tienen ninguna oportunidad de salir por sí solos de este círculo de pobreza.

Isabel se apunta a un proyecto que se llama Sueniños, una escuela infantil de niños indígenas (
http://www.sueninos.org/es/programme/sueninos-arbeit-mit-den-%20kindern/)

En el proyecto Sueniños, todos comparten el mismo sueño: ayudar a los niños a salir del círculo de marginación y pobreza a través de una educación complementaria a su escuela.

En el centro han adaptado 3 espacios de trabajo y un vestidor. Cuentan también con un salón de clases para niños de preescolar, así como una oficina y un salón de juntas y presentaciones. Además del comedor y una cocina, hay dos baños con regadera, un pequeño cuarto de servicio para lavar y un muy pequeño taller para herramientas.En el exterior cuentan con un pequeño espacio techado con juegos y jardín. Suficiente espacio para ofrecer proyectos, actividades y para jugar con los niños.



¡¡¡¿¿¿Qué os parece este super hotel Gran Lujo 5 estrellas dónde se ha ido a pasar sus vacaciones de verano, Isabel???!!!!


Por un lado Isabel, por otro el proyecto Sueniños,...


Y, ahora os estaréis preguntando qué más falta en esta historia para poder formar el triángulo perfecto. Pues falto yo, quizás el lado más insignificante de los tres. Y, ¿qué podía aportar yo para que esta historia fuera emocionante, ilusionante, interesante,,,, ? Seguro que mas de uno ya lo ha adivinado:

****PALABRAS:

Lo mío son las palabras”, por eso las envié a Sueniños a través de Isabel, reunidas, todas juntas en unos ejemplares de mi cuento “Oto y el Hada”


, ese “monstruo grande-grande”, al que espero que no les importara “hacer sitio” junto a todos ellos. Gracias a la magia de su pequeña amiga, el hada Siada, Oto puede hacerse del tamaño más adecuado al espacio dónde viaje. Ya que hay un hada, que sirva para algo, ¿no?.


Espero que la lectura del libro llene de sonrisas sus caras, y de sueños sus juegos y sus vidas.


Una vez más, Oto ha hecho realidad su sueño: tener amigos en cualquier parte del mundo, para no sentir el frío de la soledad jamás.

¡¡¡Qué suerte tienes Oto de poder viajar y viajar!!! Siento que una parte de mí siempre va contigo y eso me hace sentir una emoción tan grande-grande como la bondad que se aloja en tu cuerpo de monstruo peludo.

Cuando Isabel regrese de Chiapas, podremos continuar esta historia, hilvanada con palabras que brotan de labios diferentes tendiendo Puentes para que los sueños puedan caminar a un lado y otro del océano, para abrazar y enlazar las dos orillas de una misma tierra.

"No hay mayor distancia que la que nos separa de nuestro corazón"


UN CALIDO ABRAZO DE PAPEL.

ASUNCION

Desde mi confortable rincón de LEON (ESPAÑA)

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