Entradas populares

Con la tecnología de Blogger.

Un poema de Aurelio González Ovies, en su voz, gracias a Catamaram



Usted seguro que ha sentido vergüenza alguna vez
al decir que en su cuarto caía una gotera
o que su pobre madre le hacía el bocadillo
siempre de natas con azúcar -son cosas de la vida-.
Confieso que en mi casa el olor a humedad
era casi entrañable
y todos los domingos se comían garbanzos,
salvo en alguna fecha señalada.
Que lloré muchas veces por no querer llevar
los jerseys con coderas
o no tener un lápiz con enanito arriba.
Confieso que la ropa nos la daban los primos
que ahora son albañiles
y que nuestra familia se rompió por la herencia
de unos metros cuadrados de baldosas con taras -son cosas de la vida-.
Que, a escondidas de todos y hasta los siete años,
tuve el chupete debajo de la almohada.
Confieso que los míos son personas sencillas:
usted sospecha que hablo de un padre que no sabe
lavarse bien los dientes,
de una mujer que escribe con mala ortografía,
de unos hermanos fieles como la misma sangre
y una casa que huele, cada vez que entro en ella,
a las húmedas manos de la melancolía.

Confieso que he nacido donde hubiera elegido
por encima de todo cada vez que naciera.

Poema "Usted seguro que ha sentido vergüenza alguna vez " de Aurelio González Ovies en la voz de Aurelio González Ovies. Poema incluido en La hora de las gaviotas,
Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez (Huelva 1992).
Secuencia de vídeo de la segunda temporada de Señalados, programa cultural emitido por Teleasturias entre 2oo4 y 2oo6, realizado por Juan Tizón y Sofía Castañón.

Selección y versión de Catamaram
< >

América Mía, de Alicia Reyes: un poema en nuestra Voz y en nuestra Mirada


La visita que hizo Voz y Mirada a la Capilla Alfonsina el 5 de enero de 2010 nació de un libro escrito por una mujer excepcional para que la memoria de su excepcional abuelo fuera eterna: "Genio y Figura de Alfonso Reyes".

Alicia, la nieta, es narradora, ensayista y poeta. Hace unos años compuso el poema "América Mía", trenzando su destino y su preocupación sensible con el destino de América. En este 2010 de los Encuentros y Reencuentros, hemos querido decir el poema de Alicia en nuestras respectivas geografías y hacer de Voz y Mirada no sólo un exquisito encuentro virtual, sino un abrazo real, con los pies en la tierra y las palabras puestas a viajar en el viento que literalmente se las lleva.

El poema de Alicia Reyes y todos los poemas tienen la mano extendida para convertirse en voz y en mirada a través de todos ustedes, de todos nosotros. A quienes participamos en esta primera experiencia nos ha brindado emociones nuevas y una misteriosa felicidad que imperiosa, demanda compartirse. (MGE).



América mía

A Ramón López Velarde

Alicia Reyes

Poema completo en la voz de Susana Peiró (Argentina) y en la mirada de María García Esperón (México), a través de imágenes seleccionadas en la Red.

Las serranías de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, la Tarahumara, los desiertos del norte de México, los majestuosos paisajes argentinos, las nieves del Aconcagua, el paisaje humano, la piel-desierto, los ojos-manantial, las manos-árbol de esta América nuestra.





Diana Alejandra Morales
desde la Biblioteca Virgilio Barco de Bogotá, Colombia.

El día un poco gris, pero desde un espacio VeRde muy verde de una de las bibliotecas mayores de Bogotá van las palabras del poema "América Mía".
(Diana Alejandra Morales)



Por esta América mía
que está triste,
triste en sus abismos
más profundos...
triste de llevar a cuestas
hambre y llanto.

Si en el monte escarpado
de silencio
se reúnen los jóvenes-niños
si el silencio
se rasga de repente
es porque
en la pradera el venado
afila sus cuernos
contra un árbol.

Las liebres corren
y se esconden
un bandoneón gime
la guitarra canta.

(La naturaleza se ha puesto
de manteles largos
y el reloj me recuerda
la monotonía de la vida diaria)

En mi extravío:
¡el polvo de los conquistadores!
¡la mano y la mirada de Juárez,
esperanza y coraje!



La voz de Susana Peiró, desde Mendoza,
las imágenes de Marcelo Suárez
De Luna desde Buenos Aires
y María García Esperón, desde la Ciudad de México.

Buenos Aires y México, una cosmópolis, la otra raza y todavía lucha telúrica de dioses que no comprendemos.
(María García Esperón)





Y las enredaderas trepan
hasta las copas frondosas,
ya el peso vence al ahuehuete
y al ombú.

Por esta América mía
que está triste...
Desde las nieves eternas
hasta las otras nieves.
Desde la selva
hasta el desierto.

Porque llevamos escondidas
las antenas.
Porque la voz se apaga
porque el viento
apenas se atrave a entrar
por las rendijas.

¡Por ese polvo denso
en que se asfixia
la serenidad de los sentidos!

Al pie del monte sereno
o en medio de los jardines,
van él y ella
tomados de la mano.

Porque amor es mundo
mundo-amor
pisoteado y herido
como antaño.

¡Se rasgará el silencio
a base de metralla!
¡Qué importa este amor
que llena las entrañas!


María García Esperón
desde el Centro Histórico de la Ciudad de México.

En cada rincón se siente todo el tiempo. Los mármoles de Bellas Artes y las piedras del Teocalli, la noche de Don Juan Manuel, el águila, la serpiente, la alquimia tricolor de la bandera... y esa vida se da cita en la Plaza Mayor para lanzar puñados de luz al cielo.
(María García Esperón)



Los valientes van perdiendo
a cada paso
la fe en el mañana.
Ese mañana
que no será todavía...

Bajarán los indios
de la montaña
para depositar al pie
de la misma imagen cansada
su resignación de siglos.

Y en la colina,
más allá del puente,
jugarán los niños.
Ellos no comprenden.

¡Los caballos revientan los cinchos,
la soldadera se ajusta las cananas:
y entre nubes de vapor
se pone la locomotora en marcha!

América lleva en las pupilas
una lágrima,
aquella de sus hijos
que implora la paz inútilmente.
Aquella que se funde
con la tierra.

Porque
en las campiñas
las chozas se deshacen...

Susana Peiró desde Mendoza, Argentina.

Imágenes filmadas en Gualtallary y Las Carreras - Mendoza (Argentina).

Alicia: Tu poema fue leído en tierra de los indios huarpes, entre sus montañas y precipicios. El viento se encargó de que tus líneas llegaran a los oídos de sus dioses. Un abrazo desde esta parte de América, tan tuya.
(Susana Peiró)



Y continúa el poeta
en su extravío:

Resbalará la vida por la cuesta
se acallarán los gritos
y bailaremos juntos
un tango, una cueca,
una samba o un son tamaulipeco.

¡Amor es mundo!
¡Mundo-Amor!
¡Ay, pisoteado y herido
como antaño!

Estamos ciegos
y los héroes
derramaron, tal vez,
una sangre ociosa.

Ves:
las almas nacientes
se envuelven en la droga.

¡Oh Baudelaire!
¡Oh paraísos artificiales!

Por esta América mía
que está triste
y padece...

Asisto y callo
porque, a veces
hasta el más pequeño gusano
se siente solitario.

Se van secando los ríos.
Se van secando los montes
y de estas ruinas
van naciendo otras ruinas.

¡Por esta América mía
que está triste!

¡Por este polvo denso
en que se asfixia
la serenidad de los sentidos!

El Amazonas se desbordará
y cubrirá la tierra toda
y nadarán las pirañas
y arrasarán a su paso
con bestias y ganado.

Ves:
resbalará la vida
por la cuesta
no bailaremos más...

¡Calla!

que América entera
soy yo.

Y mientras haya
al menos una flor
un germen de flor
una semilla que transporte el viento,
una gota de lluvia que la riegue
un pedazo de tierra que la acoja
América renacerá poderosa.

Lucharé sin desmayo
por esta América mía
que está triste.
< >

'Croniria', nuevo poemario de Raquel Lanseros

El poemario 'Croniria', de Raquel Lanseros Sánchez, ha ganado el XIII Premio Internacional de Poesía Antonio Machado en Baeza, que organiza el Ayuntamiento de este municipio jiennense.

El jurado destacó que la obra combina la frescura y audacia en los poemas con la solidez y la penetración en el mundo propio de la autora.'Croniria', relata la incidencia del paso del tiempo en los sueños.

Destacar también el titulo de la obra 'Croniria', una palabra muy llamativa, que es una creación de la autora para nombrar lo que es el tiempo de la ensoñación en que se escribe: 'Cronos' significa tiempo en Griego y 'Oniria' sueños, y de ahí sale esa palabra.

Raquel Lanseros Jerez de la Frontera (Cádiz), 1973. Licenciada en Filología Inglesa, actualmente trabaja como Asesora de Formación de Idiomas en el Centro de Formación del Profesorado e Innovación Educativa de León!!!!!..... y ya es un nuevo fichaje para VOZ Y MIRADA, ya que me ha prometido grabar un poema en video para nosotros. Está muy interesada en el proyecto, ya ha entrado en el blog y le ha parecido fantástico. Ahora solo falta que tenga un poquito de tiempo, se ponga con el manejo de las Nuevas Tecnologías y..... muy pronto la tendremos en persona, con su voz y su mirada.

Sirva este video realizado por la revista cultural enclave como muestra de su brillante poética.

¡¡¡ENHORABUENA RAQUEL!!!

ASUNCION



< >

León y Córdoba: por las Letras y la Cultura

Foto: Ayuntamiento de León

Las ciudades españolas de León y Córdoba han firmado un documento en el que manifiestan su voluntad de Hermanamiento para colaborar en la promoción del 1,100 aniversario del Reino de León, en la Candidatura de León como Ciudad Literaria y de Córdoba como Capital Europea de la Cultura.

Esta es la nota publicada en la web del Ayuntamiento de León:

León y Córdoba firmaron ayer el documento de Declaración de Intenciones para el Hermanamiento entre León y Córdoba. En la mañana de ayer el vicealcalde, Javier Chamorro, la concejala de Cultura y Patrimonio, Evelia Fernández, y la concejala de Turismo y Fiestas, Susana Travesí, se han reunido con el alcalde de Córdoba, Andrés Ocaña, y la Teniente de Alcalde de Presidencia y Turismo, Rosa Candelario, para firmar la Declaración de Intenciones entre las Ciudades de León y Córdoba. Cuyos compromisos expresan la voluntad de colaborar de forma especial en la promoción del 1.100 Aniversario del Reino de León y, a propuesta de la concejala de cultura, Evelia Fernández, la propuesta de León como Ciudad de la Literatura de la UNESCO, y de Córdoba como Ciudad Candidata a la Capitalidad Europea de la Cultura en 2016.Tras este acto, celebrado en la Sala de Comisiones del citado Ayuntamiento, ambas delegaciones han mantenido una reunión de trabajo para perfilar el Plan de Cooperación del hermanamiento para el año 2010, que recoge una serie de eventos que se celebrarán en las dos ciudades a lo largo del año con la idea de fomentar, el estrechamiento de los lazos históricos que unen a estas dos ciudades, no en vano ambas fueron las dos ciudades más importantes de la península que se encontraba dividida en la zona cristiana y la zona musulmana.
< >

Qué sería de la vida, de Aurelio González Ovies



Qué sería de la vida
sin la palabra hombre
y del hombre
sin su propia palabra.
Cómo podría fundirse
la luz sobre los árboles,
la altura sobre
el vértigo,
la pasión en la carne,
el empeño en el fuego,
la arena en este verso
donde mueren las playas.
Bajaría la nieve
hasta
los campanarios del
silencio.
Distaría el horizonte
como de aquí hasta Bécquer,
como de Homero a mayo.
Habría atletas sudando en sílabas de Olimpia.
Serías tú para mí sinónimo de ayer
de hoy

y de mañana.

(C) Aurelio González Ovies
De Tocata y Fuga
(España)
Realización:
María García Esperón
(México)
2010
< >

Un cuento de Yolanda Lacarieri a propósito de las Ciudades Ilustradas de Bett

Luna abrazada de Bett


En sueños de papel, los habitantes de los acordes bajaron a preguntarme quién nos hará otro cuento.

Una niña, respondí.

Y su hermano dijo: un duende metido en el trabajo de soplarle a los molinos.

Corren peligro, dije.

Sí, sólo los cuentos nos salvan, dijo el abuelo de ambos, aunque nunca se deje ver.

Yolanda Lacarieri
< >

Carta a Alicia Reyes







México, D.F., a 20 de enero de 2010

Querida Alicia:

Es un gusto hacer de tu conocimiento que el día de ayer el Colegio Euroamericano de Monterrey enlazó el video en el que apareces leyendo el hermoso poema "Sol de Monterrey" y dirigió a unos noventa niños a disfrutar las palabras de tu abuelo, en tu voz.

Asimismo, en el blog del escritor argentino Marcelo Suárez De Luna fue enlazado el video en una hermosa nota en que se recuerda la amistad entre Borges y Alfonso Reyes, al tiempo que aquilata en su enorme valor la biografía "Genio y Figura de Alfonso Reyes", de tu autoría.

Además, dentro del Encuentro Voz y Mirada de España y América ha surgido el proyecto de grabar tu poema "América Mía" con una voz peruana, una argentina, una española y una mexicana, que sería yo.

Recibe un abrazo cariñoso de

María García Esperón
< >

¿Cuál será tu verso? Una conversación poética de Voz y Mirada



De tu corazón al mío,
con tu alma y la mía
los hombres
han hecho jirones
con que curar las heridas,
heridas de hambre
de ausencias y olvidos.

Asunción Carracedo (España)


Jirones buscan jirones

que en labores colectivas

se adhieren, se entretejen,

se suturan, se consuelan,

y de retales de tu alma y de la mía

cosen almas de una sola pieza,

confeccionan corazones de almazuela.

Cristina Tabolaro (Argentina)


Con este retazo de canción "la poesía es la única verdad"
deslizandome hacia algún lugar
donde los pensamientos se leen
desde el espejo del alma
con duda e inseguridad
por entrar en ese espacio
del silencio y movimiento
de nuestros lenguajes
rematando con este otro trozo de verdad "...yo vivo, yo me dejo vivir... "

Diana Alejandra Morales (Colombia)

Retazos de sombra,
de piadoso olvido,
de memoria clara,
de pan compartido,
del mañana incierto
del hoy fugitivo,
del sueño que siempre
soñaré contigo.

María García Esperón (México)

Intento dejarme vivir
lo procuro, lo decido
mas esos retazos de sombra
esos piadosos olvidos
me lo impiden, no me dejan
dejarme vivir tranquilo.

Marcelo Suárez De Luna (Argentina)

Prefiero soñar

dejarme envolver en la penumbra,

cerrar los ojos a la luz

a la verdad que se cierne

sobre mi solitaria sombra,

prefiero soñar.

María Eugenia Mendoza Arrubarrena (México)


Soñar...
retales de sueños
ir cosiendo
de tu cama a la mía,
puntadas de ilusiones
costuras rematadas
con agujas doradas
e hilos de recuerdos,
hagamos un vestido al cielo
con los sueños más puros
azules claros y ...oscuros

Asunción Carracedo (España)

Blanco de olvidos
triste de atar
un sueño oscuro
rompió a soñar.

Sueña que sueña
se hizo a la mar
tormenta y calma
algas y sal.

Y no despierta
nunca jamás
tan sólo sueña
con despertar.

María García Esperón (México)

deseando estar allí
dónde el otro está
llegar a sus pensamientos
colarse
en sus sentimientos
por la ventana de sus ojos
deslizarse
por el pasillo de su mirada
hasta la alcoba de su corazón
dormirse
en su respiración
y despertar (como un sueño)
en su mente.

Asunción Carracedo (España)

Y allí,
deshojaíto
mi corazón se abrasa
con tu suspiro.

María García Esperón (México)

El verso que añado,
el verso que escribo,
será el verso libre
que tejo contigo,
con el hombre pobre,
con el pobre niño,
con el poeta sabio,
con el sabio amigo
que me anima siempre
a soñar destinos...
Con ellos, los versos
son vivos, sencillos,
no precisan normas,
calificativos,
son versos del alma
y abren los caminos.

Rosa Serdio (España)

Bajo del puente
llora el camino
y por tus ojos
se ahoga el río.

María García Esperón (México)

Los nuevos colores de la vida

Algo que no es verso,
sino nada más
una pesada lágrima oscura


En el salón de clase platicaban los muchachos:

—¿Ya saben sabes cuáles son los nuevos colores de la vida?

— Sí, a mí me gusta el verde Lorca

— A mí el azul Neruda

—Y el amarillo Reyes, ¿qué les parece?

—Ah, ese es como un sol bonito.

Y a ti, preguntaron al amargado de siempre,

el que nunca falta, ¿cuál es tu color?

Aquél levantó la mirada y

dijo a bocajarro:

—Mi color es el negro Haití.

Marco Aurelio Chavezmaya (México)


< >

Tocata y Fuga, de Aurelio González Ovies



Tocata y Fuga es un libro del poeta asturiano Aurelio González Ovies editado por Trabe y publicado en España en 2004. Aquí, unos fragmentos en los que el poeta entrega y se entrega -como en todo el libro- al amor de las palabras:

(ES MI PALABRA)


Juro que no he perdido

la esperanza.

Todo es posible

hoy

desde mis ojos.

Todo lo que no encuentro,

todo lo que no alcanzo,

hoy,

-lo juro, sí-

será palabra.

(***)

Palabra dicha,

que es menos que un instante,

palabra instante donde cabe

la vida.

Palabras dios

sobre todas las cosas

para los que son fieles

por encima de todo;

para los que surcaron mi niñez

con carabelas demócratas y aviones de cuartilla;

(***)

para los que promulgan diluvios

y se mojan.

Los que son tan hermosos, tan nuestros

como los años que no vuelven;

los que plantan cipreses en los huesos de Roma,

los que impulsan trirremes en las charcas

del sábado,

los que sueltan medusas en los mitos del Tíber;

los que nos pintan puentes naïf y carruajes vistosos

en el inevitable sufrimiento;

para los que han lanzado

desde el alto sentido -Federico y Octavio,

Biedma, Orozco, Celaya...-cañonazos y bombas

de humana poesía; (porque benditas sean

las horas, benditos los momentos,

Pepe Hierro,

en que te leí y sentí cómo mi piel

escapaba hacia tu idioma

y se me enamoraba).

(***)
Hasta palabras nORIa

donde giran los asnos

y fluye el río.

Palabras nerviosísimas de hipérbaton

y hormigas. Palabras

ilegales

que llegan a mis

acantilados.

Palabra

te respiro

te bebo

te seduzco

te amo

te penetro

te traiciono

y regreso

y tú me esperas

me acuestas en tu pecho

de epopeya

y me hablas :

(C) Aurelio González Ovies
Tocata y Fuga. Trabe. 2004
(España)
Realización:
María García Esperón
(México)
Música: Una matica de ruda. (Anónimo sefardí)
Disco: Los tiempos pasados. Armanddo López V.
2010
2010
< >

Isabel Bueno Bravo: Moctezuma en Londres

Isabel Bueno Bravo y su Moctezuma

Isabel Bueno Bravo, además de escritora es Doctora en Historia de América. Se ha especializado en la figura de Moctezuma. Durante la fría semana que nos dejó estuvo Isabel en Londres, en el Museo Británico, donde pudo ver de cerca a su "Señor Encolerizado", el gran Moctezuma. Esta es la crónica que nos hace llegar, como su foto ante el promocional de la exposición, encantadora, aterida y vivaz (MGE).


Londres estaba en su sitio, aterido, pero en su sitio. La odisea se produjo al otro lado de los Pirineos. La salida de casa ya auguraba dificultades, pues al llegar a la Castellana una máquina quitanieves precedía a nuestro taxi. Pero un vendaval de nada no iba a desanimarnos, sobre todo porque ya estaba todo pagado y no devolvían una “peseta”.

Partió nuestro tren como brioso corcel, pero al llegar a Burgos la cosa se ponía seria y ahora la quitanieves iba por los raíles precediendo nuestro tren. Al llegar al intercambiador de Hendaya estaba congelado. Los operarios sesudos para arriba y para abajo, hablaban por el talki, pusieron doble máquina para tirar del tren, pero el hielo era más poderoso, así que no hubo otra que traer una especie de vaporeta gigante e ir descongelando al hipotérmico del tren, que tardó en recuperarse ¡5 horas!.

El trámite de Hendaya no solo nos hizo perder la conexión con el Eurostar, sino que se perdió la conexión en Poitiers con el señor que traía los bollos para el desayuno, así que nuestro suculento y esperado desayuno se quedó en un triste colacao con dos tostadas frías, frías como el tren.

Por fin amaneció y el día era en blanco y negro, hasta llegar a París donde seguía siendo en blanco y negro. Cambiamos de estación y todo se resolvió a las mil maravillas. Cambio de billetes para el siguiente tren, sólo había que esperar ¡dos horas más!.

Nos acomodamos en el famoso eurostar. Morroñoso donde los haya, con un frío del copón, sin calefacción, sin caramelos en la cafetería, ¡qué feos eran todos! ¡por dios, qué comentario!, pero sí, feos, feos de cojones. Llegamos a Londres, en escasa dos horas y media, a la estación de San Pancracio (el del perejil), Sanpancras que dicen ellos y al ladito el hotel. Pero el día seguía en blanco y negro.

A la mañana siguiente Londres amanecía nuevamente aterido, la nevada fue monumental, pero ellos son así, debe ser lo del humor inglés, ese que tenemos todos menos ellos, y la nieve se acumulaba en las aceras sin que a nadie pareciera importarle. Pero a nosotros nada nos amilanaba y tras pantagruélico desayuno, salimos a la calle en busca del British Museum, donde me esperaba mi amado Moctezuma, el Señor Encolerizado, y no me defraudó, enorme, magnífico, allí estaba el cuauhxicalli del águila, un escalofrío me recorrió la espina dorsal, porque yo ya había estado allí, ya lo conocía, ya lo había usado.

Y así han trascurrido los días en blanco y negro. Cogidos del brazo, un pasito para adelante y otro para atrás, porque la nieve sin quitar. Soho, national galery, big ben, abadía, parlamento, somer…nada se resistía, parque de Mary Popins y por supuesto el anden 9 ¾ con foto incluida.

Adiós Londres, me voy bajo el mar y te dejo aterido, con los pies fríos y tus mocos de carámbanos. Hola Paris, chisporreante torre, magnífica exposición de la ciudad de los dioses, que no me da tiempo a ver, estando en la puerta. Corremos bajo un chaparrón inmisericorde para coger nuestro caballo de hierro, que esta vez puntual, nos devuelva a casa un domingo dormido, con apenas luz de día. Hola Madrid, me tienes aquí.

Isabel Bueno Bravo
< >

LAS CIUDADES ILUSTRADAS de BETT





Bett es diseñadora gráfica e ilustradora con especializaciones en fotografía y diseño 3d. Nació en Buenos Aires, Argentina .En la actualidad vive y trabaja diseñando e ilustrando en Madrid, España.

Este video es una pequeña muestra de las maravillosas ilustraciones que ha ido colgando en su blog http://ilustracionesbeatrizt.blogspot.com/a lo largo de estos años.

El tema principal son las ciudades, unas ciudades mágicas, para viajar a través de ellas con los cinco sentidos. Su lenguaje artístico es sensual, cálido, deliciosamente "poético", sugerente, evocador, ensoñador. La gama de tonalidades que imprime en sus trabajos es, sencillamente, fantástica.

Sus ilustraciones tienen el poder de "llamar a la palabra", al menos eso es lo que me ha ocurrido a mí con varias de ellas, en particular con la de su "Luna abrazada"(¡como no!... la luna).

Bett ha realizado exposiciones de sus obras, la última en Madrid en Julio del año pasado.

Disfrutad de la mirada de Bett en la "voz" de sus ciudades.

ASUNCION



< >

Desde el Sur, Pedro Menárdez

Cascada de Olaen
Foto: Blog de Pedro Menárdez

Pedro Menárdez, el Citador de Borges, publicó ayer un artículo que narra la experiencia de una lectura en donde el libro es "Genio y Figura de Alfonso Reyes" y el paisaje la Pampa de Olaen, en Córdoba, Argentina.

Al tiempo que lee el libro Menárdez lee el paisaje y convierte a ambos en escritura.

Una iglesia, una cascada, una vieja carta componen en la prosa del Citador un paisaje metafísico donde confluyen letras y geografías.

De cómo encontró Menárdez en ese -para los que estamos en el centro- remoto sur la huella de Alfonso Reyes, puede leerse aquí:

El Citador de Borges
< >

Vengo del Norte. Yo soy el mensajero de los atardeceres



III

YO soy el mensajero de los atardeceres,
de las horas granates que apiñan las frambuesas.
Soy la hora que nunca regresará a su sitio.
Soy el conquistador. Soy el atardecer. Vengo del Norte.

El ganado está manso como un pantano de oro
porque el mundo es pastor en esta orilla
desde hace muchos siglos,
yo lo vi merendar manteca y miel silvestre.
Algún día tendremos una casa,
algún día seremos dueños de una pomarada
donde la eternidad despierte con los gallos
y te ayude a peinar a nuestros dos mil hijos.

Vengo del Norte como la blanda niebla
que masticáis vosotros en las bodas del viento,
como el rostro moreno de la brea con que encendéis
los libros de la noche,
como las golondrinas que escapan de las cuadras
al reventar la seta del otoño.

Ella llora porque ha dejado atrás una cruz de violetas
encima de su raza,
porque sabe que aquí ahorcará su memoria
en esta lluvia de árboles que no hubieran nacido.

Los pastos están rotos,
pero traigo un arado con los dedos de un dios
que arañarán la tierra hasta tocar los huesos del primer
enterrado.
Ella rota un molino cada vez que me mira
para pedirme amor entre la hierba alta,
cada vez que me sube a los graneros donde la voz
deposita su harina indescifrable.

Os traigo una noticia envuelta con hojas de castaño,
una noticia fresca
que necesita tiempo debajo del estiércol,
pero será tan grata como la novia nueva
que grita cuando rompen su blanca idolatría.
Ayudadnos a descargar nuestra carreta;
que ella se pose despacio
como una edad que acaba de romperse las piernas
y necesita esclavos para bajar la vida.

Veo que está la noche cantando como un grillo
y que vuestras esposas han encendido el fuego.
Podéis iros,
que el vino sólo tiene un momento como las decisiones.
Mañana volveremos a vernos
cuando el rocío enmarque cristales a otro día
y amanezca de nuevo la palabra distancia.

(C) Aurelio González Ovies
Vengo del Norte
Accésit del Premio Adonais 1992
(España)
Realización:
María García Esperón
(México)
Música: Fantasmas de la guerra, Manolo Sanlúcar
MMX
< >

Vengo del Norte, de donde la tristeza tiene forma de alga

Vengo del Norte
II
De dónde soy, me pregunto a veces, de
dónde diablos
vengo, qué día es hoy qué pasa.
Pablo Neruda


Vengo del Norte

II

VENGO del Norte,
de donde la tristeza tiene forma de alga,
de donde los siglos son muy anfibios todavía,
de donde las grosellas son un veneno puro
para beber un trago cada noche.

Vengo de allí a conquistar paisajes malheridos,
a dar voz a los ecos de estos valles
que nunca se han hablado más que con señas de humo.
Ella viene conmigo,
con todos los caminos enroscados al cuello
y una perla de hambre colgada de su frente.
Quiero vallar aquí la eternidad para todos los míos,
para todos los hombres que desciendan de un padre
carpintero,
para todos los muertos condenados a girar esas aspas
del eterno retorno.

Mirad aquellas tierras, aquellas plantaciones
de pájaros mojados,
mirad aquellas granjas donde todos los días
el sol devora el pan.
Mirad y, por última vez,

podéis llorar al pie de los lechos del trigo
que agoniza.
Porque vengo del Norte,
de donde nunca anidan las cigüeñas
porque las torres tienen que apuntalar el cielo;
de donde el frío habita el carbón de los lápices
y hay una flor gitana que cura el desencanto.

Vengo de allá,
de un paseo marítimo alumbrado con gas de calaveras
y estrellas de carburo.
Ella viene conmigo porque lleva en el vientre
más de doscientas conchas
y un hijo sin edad como los faros.

Ahora la prisa está bajando su marea,
ahora las caracolas tienen un rey de nácar,
ahora cada ola desemboca un destino
y yo os vomitaré un mar
para que nunca más os encontréis solos,
para que los auspicios os lleguen en botellas
y podáis escribir al horizonte.

Vengo del Norte,
y sé un poco del trayecto de la muerte
porque allí desembarcan sus galeras.
Escuchadme y seguidme,
os traigo grana verde de la palabra
que sangran los manzanos
y dentro de unos años nuestra felicidad podrá estar
muy madura.



(C) Aurelio González Ovies
Vengo del Norte en portaldepoesia.com
(España)
Realización: María García Esperón
(México)
Música: Diálogos, Manolo Sanlúcar.
MMX
< >

Lágrima, de Alejandro Haddad



Lágrima

Soy una lágrima de sueño
que rueda que va rodando
por la banquina de tu ojo.

Soy una lágrima de viento
que corre que va corriendo
por el aire de tu rostro.

Soy una lágrima de hueso
que baja que va bajando
por la nada de tu estómago.

Soy una lágrima de vino
que cae que va cayendo
por el vaso de tu olvido.


Alejandro Haddad
Cachi Salta
Lunes 28 de marzo de 2005
(Argentina)
Voz: María García Esperón
(México)
< >

Aunque bajo la tierra, de Aurelio González Ovies




Vengo del Norte

XX

Accésit del Premio Adonais 1992

Aunque bajo la tierra

Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra
Miguel Hernández


ALGÚN día se posarán los pájaros a cantar
en tus brazos,
a descubrir que somos los náufragos del tiempo,
los herederos de una canción de amor
que se escuchaba en las brumas del norte.

Esta es la última primavera que estaremos juntos,
ésta es la última parada que precede al recuerdo,
éste es el tren que sale de la vida
a cada siempre en punto,
ésta es la noche que nos queda para romper en hijos.

Te irás y yo me iré,
pero te llevaré, te llevaré conmigo,
te enterraré conmigo a la sombra de un roble
milenario
y allí tendrás pastores que cuiden tus cenizas
y verás la oquedad montañas
y te despertarán los gallos de los dioses.
Todos los lenguajes quedarán sin tu nombre
y entonces las palabras brotarán en los prados
y arrancarán tus sílabas deshojando te quieros.
Hay alguien en el viento que recoge tu semen
y lo esparce a lo lejos. Hay alguien
que prohíbe tu mortal hermosura.

Te irás como una hora de labranza
dejando surcos llenos y un retorno.
Te irás como un camino hacia las estaciones.

Has sido tantas cosas que quedarán vacíos los sonidos
y morirán los números.
Pero estarás conmigo,
te encontraré un paisaje donde tus ojos crean
que la muerte es la vida en otra parte
con el mismo manzano, la misma casa al norte,
los mismos rostros gratos y el mismo perro.

Algún día los ríos terminarán enteros en tu boca
y molerás de nuevo esa nostalgia que madura en agosto
entorno a los maíces y a las romerías.
Tendrás jóvenes llenos de salud
que adorarán el árbol y encenderán sus fuerzas
en las paganas noches de solsticio.
Tendrás enamorados
y bueyes que carreten su ajuar a otro destino
y bosques silenciosos
y casas encaladas con sus cuadras, su estiércol
y su niño comiendo el primer bocadillo.

Te llevaré conmigo
a una lluvia que caiga sin rozar los balcones
a que se asoma el tiempo
para decir el nombre del que ha sido elegido;
a una noche estrellada
donde sobren los faros y te vean los barcos
desde la lontananza.

Esta es la última vez que te veo llorar
sobre la historia.

(A quienes quiero, ellos lo saben)


(C) Aurelio González Ovies
De su libro Vengo del Norte
Accésist del Premio Adonais de Poesía 1992
(España)
Realización
María García Esperón
(México)
Música: Lamento. Jordi Savall.La lira d'Esperia.
2010

Vengo del Norte
Edición electrónica en portaldepoesia.com
< >

Marco Aurelio Chavezmaya: Los nuevos colores de la vida




Los nuevos colores de la vida

Algo que no es verso,
sino nada más
una pesada lágrima oscura

(MACH)




En el salón de clase platicaban los muchachos:

—¿Ya saben sabes cuáles son los nuevos colores de la vida?

— Sí, a mí me gusta el verde Lorca

— A mí el azul Neruda

—Y el amarillo Reyes, ¿qué les parece?

—Ah, ese es como un sol bonito.

Y a ti, preguntaron al amargado de siempre,

el que nunca falta, ¿cuál es tu color?

Aquél levantó la mirada y

dijo a bocajarro:

—Mi color es el negro Haití.


Marco Aurelio Chavezmaya
< >

Amor y Estar en ti, de Antonio Gamoneda



Amor

Mi manera de amarte es sencilla:
te aprieto a mí
como si hubiera un poco de justicia en mi corazón
y yo te la pudiese dar con el cuerpo.

Cuando revuelvo tus cabellos
algo hermoso se forma entre mis manos.

Y casi no sé más. Yo sólo aspiro
a estar contigo en paz y a estar en paz
con un deber desconocido
que a veces pesa también en mi corazón.


Estar en ti

Yo no entro en ti para que tú te pierdas
bajo la fuerza de mi amor;
yo no entro en ti para perderme
en tu existencia ni en la mía;
yo te amo y actúo en tu corazón
para vivir con tu naturaleza,
para que tú te extiendas en mi vida.
Ni tú ni yo. Ni tú ni yo.
Ni tus cabellos esparcidos aunque los amo tanto.
Sólo esta oscura compañía. Ahora
siento la libertad. Esparce
tus cabellos. Esparce tus cabellos.

(C) Antonio Gamoneda
(España)
Realización:
María García Esperón
(México)
Música: Lamento Sefardí. Jordi Savall. Disco: La lira d'Esperia
2010
< >

Incas, los señores de los Andes, por Isabel Bueno Bravo




En el número 65 de la Revista Historia National Geographic -que acaba de llegar a México- aparece un artículo de Isabel Bueno Bravo, Doctora en Historia de América, que es oro del Perú apreciado por una extraordinaria española: Incas, los señores de los Andes.

"En el siglo XV, toda el área andina quedó bajo el dominio de los poderosos soberanos de Cuzco. Los Hijos del Sol impusieron su ley mediante su temible ejército, su vasta red de carreteras y el trabajo obligado de sus súbditos".

Isabel recorre la fascinante historia del imperio inca, los orígenes míticos a cargo de la pareja de hermanos Manco Capac y Mama Ocllo -nacidos a orillas del Lago Titicaca- quienes por órdenes del Sol fundaron la ciudad de Cuzco, hasta el Inca histórico Pachacuti Inca Yupanqui, quien en el siglo XV dio inicio a la expansión del imperio y su hijo Tupac Inca Yupanqui, que reinó sobre territorios de los actuales Ecuador, Bolivia, Chile y Argentina.

Realidades terribles como el sacrificio de prisioneros para celebrar las victorias de Pachacuti, sus cráneos convertidos en vasos para brindar al Sol, los dioses de los vencidos tomados como rehenes, deportaciones de poblaciones enteras a tierras lejanas.

Realidades asombrosas como la victoria del ingenio sobre la geografía, construcción de túneles, escaleras horadadas en la roca, puentes colgantes a más de 5 mil metros de altura, red de caminos cruzados por los veloces chasquis (mensajeros), para mantener comunicado su enorme imperio.

Prácticas de adivinación fascinantes, predicción del futuro a través de las vísceras de las llamas, en la observación del fuego en el brasero sagrado y en el movimiento de las arañas en cautiverio.

Isabel Bueno Bravo posee una mirada privilegiada que lleva a su lector a esos rincones donde la Historia guarda sus tesoros. Leerla es siempre un placer y una inteligente aventura.
< >

ME LLAMO MARIA de Beatriz Berrocal

Sobre este nuevo video de Beatriz Berrocal( "Maltrato", "Cosa Mía" y "Las Guerras Perdidas") su hijo más pequeño dice que ella no se llama María, y tiene razón. Y su hijo de trece años le indica que algún día deberá aclarar que ella no ha sido nunca maltratada, porque como se ha tomado tan "a pecho" este tema, alguién puede pensar que lo hace porque lo ha vivido personalmente, y no, afortunadamente, no es ese el caso. A lo que Beatriz apunta que no cree que sea necesario vivir situaciones de este tipo para sentirse sensibilizado con ellas, basta con tratar de ponerse un poco en los zapatos de otro o de la otra para imaginar cómo deben sentirse.

El mensaje de Beatriz no va a cambiar, ella quiere intentarlo, hacer lo que sea, todo menos sentirse culpable y cargar con esa cruz el resto de la vida.

Lo bueno de esta gran escritora y amiga es que Beatriz sabe trasmitir en sus novelas lo que quiere decir, llega a meterse de tal manera en la piel de sus personajes y lo hace de una forma tan magistral, que puede hacernos sentir en propia piel el miedo infinito de todas las "Marías" a quien ella dedica este video.

ASUNCION

< >

Atadillo de "pequeñas cosas" de Asunción Carracedo



Atadillo de pequeñas cosas

Mi nombre
en tu boca
Mi aliento
en el viento
Mis manos
en unas letras
(escritas).
Mi tiempo
en el instante
de un pensamiento
Mi voz
amarrada
al silencio hueco
de las palabras.

Mi cuerpo
diluido
en la ausencia
de estos versos.

(C) Asunción Carracedo
(España)
Voz: María García Esperón
(México)
Música: John Dowland. Melancholy Galliard. Intérprete: Rita Honti
2010
< >

Veo luces amarillas... pero huelo a libros (Borges)






Alicia Reyes narra la satisfacción que representó para ella que el Primer Premio Internacional Alfonso Reyes, instituido para honrar la memoria de este mexicano universal, fuera concedido en 1973 a Jorge Luis Borges.

-Casi me cuesta la vida -dice. -Recibía llamadas que me decían que si invitaba a Borges habría fuerzas de choque.

Y Borges bajó del avión, apoyado en su bastón, directamente a los brazos de Alicia, Tikis, como le decía de cariño su abuelo y le siguen diciendo en casa.

Al llegar a la Capilla Alfonsina, Alicia le preguntó a Borges, usando el diminutivo afectuoso inglés que daban amigos y familiares al gran escritor argentino:
-Georgie, ¿qué ves?
Y Borges contestó:
-Veo luces amarillas, pero huelo a libros.
< >

A Jorge Luis Borges, de Alicia Reyes



A mí, déjenme
mi Homero
mi Veléry
mi Lope
mi Maurois
y mi Reyes
mi Sor Juana
mi otra Juana de América
mi Alfonsina
entre olas, convertida en sirena
a ese Hugo cuyo exilio engrandece
y a una C que contiene
mi poema viviente.

A mí déjenme hablar
con las flores de Anáhuac
persiguiendo la luz
de mi poeta azteca.

O bien ir a buscar
al amante de Ulrika
al bardo de Maipú
caminando con ella, con María
por aquellos jardines
de Oriente o de Occidente.

A mí déjenme
con la magia
de aquella "vieja mano
que sigue trazando versos para el olvido".

(C) Alicia Reyes
De: Ambartú cantoerótico
Tintanueva ediciones. México, 2000
Categoría: Ocio
< >

De León a México: Oto y el Hada en la Aldea de las Letras


Oto y el hada Siada empezaron el año con una actividad portentosa.

Aterrizaron el la Aldea de las Letras, de María Eugenia Mendoza Arrubarrena y se sabe que pronto lo harán en San Juan del Río, en México y ya lo hicieron en Tarragona con Anabel Sáiz Ripoll, donde han dado mucho que hablar.

Por lo pronto, en la Aldea de las Letras Maru ha fabricado una reseña tan grandiosa como Oto, tan cariñosa como este monstruo acompañado por un hada.
< >

Los colibríes: un cadáver exquisito de Voz y Mirada



Me gustaría ser colibrí para comerme el aire con las alas
y exprimir, en pleno vuelo, los altos gajos de luz
y saltar de luz en luz como un corazón que se esfuma
en la rayuela de nubes que el viento dibujó.

Ganar el cielo en un azar de azahares
tendiendo puentes de plata de tu ventana a la mía,
hermana-hermano,
compañera-compañero,
amiga-amigo.

No hay baile imposible para el hiijo del sol irisado.

En el iris de su mínima pupila está escrito:
Col y Brí
(hoja verde para los Bri)
descansar y no desmayar
hasta sus alas no dar.
Señor Colibrí ¡acompáñame a volar!

Como tejen las ranas su lluviosa canción de despedida.
Como nacen los hombres del corazón del maíz:
con el puño en alto y una canción de amor en el pecho.

Amante fugaz, ladrón de esencias.

Colibrí, picaflor, chupamirto,
lengua y espada, pico y popote
¡cuántos nombres y herramientas
para un solo ladrón de dulzura!

Ladrón que roba a ladrón
es cien años perdonado.
Por robar la luz del sol
a esa rosa la apresaron.
Allá en la comisaría
le leyeron la sentencia:
el beso del picaflor
es tu cadena perpetua.
< >

Yo también masticaba la cal de las paredes, de Aurelio González Ovies



Yo también masticaba la cal de las paredes
en las tardes de agosto
y creía que sólo se moría en invierno
y no entendía por qué cada vuelta del mundo envejecía a mi madre.
Estuve enamorado de una araña grandísima que vivía en una grieta
de la puerta
y hacía competiciones de gusanos.
El cielo me parecía una carpa gigante
y cuando vi pasar los primeros aviones los ojos se me abrieron
como dos libertades.
Mi padre me enseñó a comprender el viento,
a predecir la lluvia en la piel de los árboles
y por eso he tenido siempre miedo al futuro.
De pequeño, además, yo quería ser gitano
para tener un burro, entre otras muchas cosas,
y caminar descalzo.
Pero la vida nunca acepta nuestros ruegos
y me gustó el latín no sé por qué motivo
y aquí estoy enseñando lo que a veces no entiendo.
¿Qué voy a decir yo de la palabra hombre?,
¿cómo puedo explicar que para que haya historia
hubo que desde siempre ir matando o muriendo?
Conseguí ser mayor y me quité estos vicios a pesar de mí mismo:
y me conformo y callo y voy tirando
y echo de menos mucho la araña de la grieta
y el olor de la cal me es como de familia.
Aprendí, como todos, a amar lo que no amo,
y a hacer, según la norma, lo que todos hacían.

(C) Aurelio González Ovies
De su libro La hora de las gaviotas. Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez, 1992.
Voz: Luna, de wwwlunanueva.blogspot.com
Imagen y realización: Catamaram
(España)
< >

La poesía es un arma cargada de futuro



En sus pesquisas del fin de semana, Rosa Serdio encontró a Paco Ibáñez en el poema de Gabriel Celaya. Lo hemos cargado aquí para el presente por el futuro.

La poesía es un arma cargada de futuro

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.
< >

HOMENAJE A LA AMISTAD de Carlos Marianidis

Hace algún tiempo, María me pidió que le pusiera voz a un poema de Carlos Marianidis que él le había dado para VOZ Y MIRADA.

"PEQUEÑAS COSAS" trata del tesoro que es la infancia y por qué no guarda uno alguna prueba de aquellos años, como lo que yo le había contado a María que había hecho con los dibujos de mis hijos de la etapa de infantil en el colegio. Estos dibujos ya han servido de imàgenes en otros video poemas con gran agrado de la gente que los ha dsifrtuado mucho.

Yo no conozco a Carlos, pero dice de él María es solitario y callado, profundamente sensible, generoso, precioso. Así lo creí yo cuando grabé este poema.

PEQUEÑAS COSAS

Lo conocí en la escuela.

Nos prestamos la infancia,

el banco, los recreos,

el sol del mediodía,

los vuelos del regreso a su casa,

a la mía

y compartimos tardes

de olímpica vagancia.

Jugar durante horas,

aun cuando llovía,

pelearnos con un gesto

de estudiada arrogancia,

lanzarnos mil abrojos,

con cruel beligerancia

y pedazos de tierra

hasta que anochecía.

Tirarnos en el pasto

y sentir la fraganciade

la menta aplastada...

Y ahora, a la distancia,

me pregunto por qué no guardé,

de algún día,

un puñado de abrojos,

de los tantos que había,

o un trébol,

o un cascote con marcas de alegría.

Era mi amigo.

El resto... no tenía importancia.

Texto: Carlos Marianidis( Argentina)

Voz: Asuncion Carracedo( España)

Imágenes: Pablo Castro (y alguna otra de los cuentos que habitan la casa)

Música del Album de Pedro Vilarroig "Música para Bebés"

< >

Para Dido de Eneas, de Aurelio González Ovies



Para Dido de Eneas

Te vi quedar llamándome en la niebla
sobre la almena más alta del palacio,
pero los dioses, Dido, no comprenderán jamás
por qué los hombres preferimos morir
a separarnos. Y aquella madrugada, sobre
las vigas rechinantes de mis naves
mil veces me grité:
¿por qué viniste a Libia, por qué no te amarraste
a la galerna?
Ahora ya no valen de nada mis reproches y mi odio
dibujará en las cenizas de tus labios
maldiciones
cada vez que pasen por tu ausencia
las sandalias silvestres de los vientos.

Recuerdo la primera noche que robamos
al brillo de tus ojos,
las caricias que había guardadas en tus
cofres y el perfume fenicio
que dulcemente, ahora, me describe
las rutas navegables de tu cuerpo.
Pero de nada vale, Dido, que te confiese
un poco esta agonía
si entre tus tierras y mi llanto
silban los trapos de la muerte.
Asómate otra vez como el abismo a los acantilados
y piensa que he venido a recogerte,
que he venido a buscarte con mis hombres
y en mis naves. Asómate al recuerdo y haz que vuelves
a ver en la borrasca un rostro marinero
curtido como el sándalo, agarrado a tus costas
desde que te creyó una mentira de la bruma.
(C) Aurelio González Ovies
(España)
Realización: María García Esperón
(México)
Música: Nazaret, de Manolo Sanlúcar. Disco: Ven sígueme
2010
< >

Penélope de Ulises, de Aurelio González Ovies



Penélope de Ulises

Más allá de su casa el calor de septiembre
crepita en las higueras;
Penélope de Ulises, fiel espartana,
se ha asomado al balcón donde borda por siempre
y ahuyenta una pareja de gansos atrevidos
que va picoteando la flor de sus hortensias.
La casa huele a pan, a recuerdo de harina,
A esperanza nacida de una esperanza vieja.
¿Volverá? Quién sabe si en el mar
o a la luz de los faros,
después de tanto tiempo, se sigue recordando.
Y de repente canta (bien sabe por qué canta)
y de la comisura de sus labios
pende un temblor que es casi ya una lágrima.

Y el sol llega a sus ojos como una pesadumbre
―no hay nada más hermoso, sin embargo, que el rostro
de Penélope con la estela brillante de las lágrimas―.
¿Volverá? En momentos como este no deja de bordar
por no llorar delante de doncellas,
mas sus dedos no saben si bordan una flor
sobre el sudario
o anudan otro pétalo a su pena.
No se parece en nada a la mujer de piel campesina,
la más esbelta de Itaca,
que antaño llegó a ser la esposa deseada,
porque de tanta espera,
de tanto deshacer la tela de sus días
cuando la noche entraba, va quedando con hilos
que descosen la carne de su cara.
Se parece muy poco a la de brazos níveos,
por abrazarse tanto al llanto del crepúsculo,
por rehusar promesas de tantos pretendientes,
esperando las velas de las naves rojizas
que las olas del tiempo jamás, tal vez, acerquen.
Y a veces ya le ocurre lo mismo que a su perro:
que de ladrar atado al pie de su destino,
tiene la tirantez ahogándole en el cuello,
una marca amarilla de soledad y hastío
que le ha robado olfato, el aullido y el pelo.
Y nunca pasa nada sino la vida en vano,
las horas se suceden girando en el vacío,
como una rueca muerta varada en unas manos
que no darán más vueltas. Lo tienen prometido.
Penélope de Ulises, la solitaria de Itaca,
la del balcón abierto por si escuchara pasos;
Penélope de Ulises, la eterna bordadora
de su presente aciago, de su futuro mítico.
La esposa envejecida como un griego olvidado.


(C) Aurelio González Ovies
(España)
Realización: María García Esperón
(México)
Música: Galilea, de Manolo Sanlúcar. Disco: Ven sígueme
2010
< >

De Chavezmaya a María Wernicke, un poema y un instante

El padre, el hijo y el colibrí de María Wernicke

... Si yo reencarnara en mujer me gustaría ser como ella (María Wernicke) y dibujar y pintar lo que ella pinta y dibuja.
La foto que pusiste donde estoy con mi padre y mi hijo mayor es mágica, ¿viste por qué? Observa y lo verás.
El colibrí de María está apuntando a la cabeza de mi hijo Jonathan.
El poderoso instante.
Tú has dicho, según Orlando Granda, que no existen las coincidencias, ¿tampoco las casualidades? (En uno de los textos que le envio de regalo a Orlando, leerás que digo "el azar no existe")... A continuación copio uno de mis poemas sobre el colibrí, con una dedicatoria especial.




Para María Wernicke

Las holas del viento
son corazones
de campanas
y los colibríes
en las ramas
no son risas
de flores
sino adioses
del tiempo.
< >

Área de prioridades, de Aurelio González Ovies



Área de prioridades

De nada vale decir
aquí estoy yo,
gobierno y mando,
si al pasar por Castilla
y ver el sol crujiendo tras
los olmos,
uno no sabe dar gracias a Machado.
De nada sirve
montar revoluciones, modernizar
las leyes,
si al entrar en Moguer y abrir sus muros
blancos,
uno no escucha, como un geranio púrpura,
la voz en los balcones de Juan Ramón
Jiménez.
Muy poco importa
marcharse tan de prisa a tantas partes
a todas a ninguna,
sin pararse una vez, y al coger nuevo
aliento y mirar el camino,
sentir sobre la piel: Palabras
para Julia.
Sin duda alguna,
España no va bien, como el resto
del mundo y el fondo de la vida.
Necesitamos agua, pan, un poco
de esperanza. Y poesía.

(C) Aurelio González Ovies
(España)
Voz: María García Esperón
(México)
Música: Mateo Carcassi (Etude in A major) Intérprete: Rita Honti
2010
< >

Arquitectura de las Ruinas, de Aurelio González Ovies



Aurelio González Ovies es un escritor asturiano nacido en 1964. Es licenciado en filología clásica y profesor de latín en la Universidad de Oviedo. En su obra poética resaltan Las horas en vano (1989), Versos para Ana sin número (1990), Premio Feria del Libro y Ateneo Jovellanos; La edad del saúco (1991), mención honorífica en el Casino de Mieres; La hora de las gaviotas (1992), Premio Juan Ramón Jiménez, y Vengo del Norte, accesit del Premio Adonais 1992. También obtuvo el III Premio de Extensión Universitaria en 1984, y en 1985 y 1986, el de Cuentos Isabel Bosquet de Gijón. Ha sido vicedecano de la facultad de filología de la Universidad de Oviedo del 1996 al 2008. Premio Ángel González.

Rosa Serdio lo ha traído a Voz y Mirada y yo no he resistido la tentación de pasear un sueño por su Arquitectura de las ruinas. (María García Esperón)

Antigüedad
mujer hermosa
con ojos pompeyanos
que lleva cestos
de sombra
hasta las viñas
Mar
que se mira
en un espejo
y se serena
antes de que
la vean
amanecer las naves
orgullosas
Mujer
lanceolada
con los pechos
en púrpura
que visita
los templos
y pestañean
las lámparas
de aceite
Cintura de la juventud
de la columnas
melancolía
de la flor de
la manzanilla
que te hace
aniversarios
en latín
al lado
de las losas
Mujer
vestida de ceniza
y rayo de luna
que en la noche
te han visto llorar
sobre un mosaico

Pasabas
levemente
los dedos
por la desvanecida
sonrisa
de los padres
queridos.

(C) Aurelio González Ovies
(España)
Voz: María García Esperón
(México)
2010
< >

Marco Aurelio Chavezmaya: la piel y la memoria

Chavezmaya en 1996


Marco Aurelio Chavezmaya es un poeta. Nada más. Nada menos. Es hombre de palabra clara, del silencio dueño. Ganó el Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños 2009, que le fue entregado en una solemne y emotiva ceremonia el 3 de diciembre en el Castillo de Chapultepec. Esa mañana de triunfo, esa jornada auroral ha estado precedida de otras auroras, de otros premios, de otras palabras. Poesía, siempre. Como la que en espiral se eleva en esta conversación que sostuvimos durante los últimos días de 2009 y los primeros de 2010
(María García Esperón).


¿Qué piensa "el niño eterno que te acompaña siempre" del Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños que has obtenido?

El niño eterno no se la cree todavía. Ese niño que odiaba los nopales navegantes y escribía su nombre con sopa de letras, que cargaba su silencio y su anemia como un trofeo, que entraba a las cuevas del cerro de su pueblo a tocar las barbas del diablo, que se robaba los ciruelos amarillos del huerto vecino y se empachaba de capulines rojos, que jugaba trompo, balero y canicas, ese niño me mira con cierta desconfianza, con azoro, y desde el fondo del alma parece reclamarme un poco el haber revelado algo que sólo a nosotros, él y yo, concernía: la agridulce sustancia de la intimidad y la memoria. Pero claro que, por otra parte, el niño está feliz pues como a casi cualquier niño, a éste también le fascina salir al balcón y mirar la mañana y ver el desfile de la vida por la calle. ¿Qué quieres que te diga? El niño me sonríe, socarrón, desde el fondo del espejo.


Siempre fui un niño de huertos

¿En qué momento de tu vida comprendiste que eres poeta?

La respuesta será larga porque la pregunta lo merece. El título de poeta es uno de los más difíciles de alcanzar. La Universidad de la Vida es la única en el mundo que ofrece esa carrera. Y yo estoy empezando apenas. Hacen falta cursar y aprobar incontables materias. La mayoría deserta. Voy a citarte las palabras (que de seguro conoces) de uno de los egresados más emblemáticos, Rainer María Rilke, quien escribió:

“Para escribir un solo verso se debería esperar y saquear toda una vida, a ser posible una larga vida; y después, por fin, más tarde, quizá se sabrían escribir las diez líneas que serían buenas. Pues los versos no son, como creen algunos, sentimientos (se tienen siempre demasiado pronto), son experiencias.

Para escribir un solo verso, es necesario haber visto muchas ciudades, hombres y cosas; hace falta conocer a los animales, hay que sentir cómo vuelan los pájaros y saber qué movimiento hacen las flores al abrirse por la mañana.

Es necesario poder pensar en caminos de regiones desconocidas, en encuentros inesperados, en despedidas que hace tiempo se veían llegar; en días de infancia cuyo misterio no está aclarado aún; en enfermedades de infancia que comienzan tan singularmente, con tan profundas y graves transformaciones; en días pasados en habitaciones tranquilas y recogidas, en mañanas al borde del mar, en la mar misma, en mares, en noches de viaje que volaban muy alto y temblaban con todas las estrellas... y no es suficiente incluso saber pensar en todo esto.

Es necesario tener recuerdos de muchas noches de amor, en las que ninguna se parece a otra; de gritos de parturientas, y de leves, blancas, durmientes recién paridas, que se cierran.

Es necesario aún haber permanecido sentado junto a los muertos, en la habitación, con la ventana abierta y los ruidos que llegan a golpes.

Y tampoco basta con tener recuerdos. Es necesario saber olvidarlos cuando son muchos, y hay que tener la paciencia de esperar que vuelvan. Pues los recuerdos mismos no son aún esto. Hasta que no se convierten en nosotros, sangre, mirada, gesto, cuando ya no tienen nombre y no se les distingue de nosotros mismos, hasta entonces no puede suceder que en una hora muy rara, del centro de ellos, se eleve la primera palabra de un verso.”

¿Conseguir algunos versos válidos, lograr edificar un pequeño buen poema, eso me hace poeta? No lo sé. Lo que puedo decirte es que he aprendido con los años a enfrentar con mayor honradez la escritura. Antes era demasiado espontáneo, demasiado irresponsable, y daba a la luz textos descuidados. Ya no lo hago. Me guían los versos del poema “Invocación” de mi amigo y hermano Efraín Bartolomé, te lo cito completo porque vale la pena:

Lengua de mis abuelos habla por mí

No me dejes mentir
No me permitas nunca ofrecer gato por liebre
sobre los movimientos de mi sangre
sobre las variaciones de mi corazón

En ti confío
En tu sabiduría pulida por el tiempo
como el oro en pepita bajo el agua paciente del claro río

Permíteme dudar para creer:
permíteme encender unas palabras para caminar de noche

No me dejes hablar de lo que no he mirado
de lo que no he tocado con los ojos del alma
de lo que no he vivido
de lo que no he palpado
de lo que no he mordido
No permitas que salga por mi boca o mis dedos una música falsa
una música que no haya venido por el aire hasta tocar mi oreja
una música que antes no haya tañido
el arpa ciega de mi corazón
No me dejes zumbar en el vacío
como los abejorros ante el vidrio nocturno
No me dejes callar cuando sienta el peligro
o cuando encuentre oro
Nunca un verso permíteme insistir
que no haya despepitado
la almeja oscura de mi corazón
Habla por mí lengua de mis abuelos
Madre y mujer
No me dejes faltarte
No me dejes mentir
No me dejes caer
No me dejes
No.


Dime, María, ¿qué más puedo responder después de eso?

Nada más. Sólo un bello silencio. Por favor, describe tu vivencia al terminar de escribir El niño en su casa del árbol de la vida.

Al terminar el poemario advertí que había estado trabajando en él durante de cinco años. La vivencia más clara entonces fue la satisfacción, el placer de haber logrado un poemario redondo y a mi gusto. Entendí que detrás de esa poda realizada a lo largo de los meses y los años había una voluntad de alcanzar la belleza de lo bien hecho, pues de las primeras versiones a las últimas hubo numerosas y fecundas correcciones. Si me preguntaras cuál es una de mis aspiraciones como escritor, te diría que es lograr la belleza que guarda todo oficio para quien sabe respetarlo. Eso también lo aprendí de mis padres y abuelos: el placentero deber de esforzarse por hacer un buen trabajo.

Con Luis Nishizawa

¿Escribirás más poesía para niños?

Sí, si Dios da licencia (como decían los señores de antes) seguiré escribiendo poemas para niños, igual que seguiré escribiendo cuentos para niños, cuentos eróticos para señoritas, cuentos y novelas para todas las edades, crónicas para rebeldes, discursos para vivir… Tengo proyectos literarios muy específicos, pero ello no impide que de pronto brinquen los renglones, adscritos a cierto género que no esté considerado ese día en el programa. Las palabras de un poema (o de un cuento, o de una novela) no piden permiso, no tienen respeto a los proyectos y programas, por muy disciplinados que éstos sean. La verdad es que no sé qué escribiré el día de mañana. ¿Quién sabe lo que espera a nuestros huesos, María? La única certidumbre es que seguiré escribiendo.

Tal vez lo que nuestros huesos se merezcan, Marco Aurelio. Y dime ¿cuáles son los ríos -literarios y vitales- que fueron a desembocar en tu poemario ganador?

Para darte una respuesta tendría que contarte mi vida. Ya mencioné la intimidad y la memoria de mi propia infancia. A partir de ellas puedo destacar tres ríos esenciales que han nutrido de alguna manera esta obra. Uno es la tradición oral, desglosada en todas esas historias, rondas, adivinanzas, retahílas, coplas, trabalenguas, poemitas, epigramas, dichos, que leí o escuché de niño-adolescente; otro caudal serían los poemas del Declamador sin maestro, o Cien poesías escogidas, esos libritos en edición popular que no faltaban en nuestras casas. ¿Cuántas veces repasé sus páginas? Conservó intactos en la memoria incontables versos: “Quiero morir cuando decline el día, / en altamar y con la cara al cielo; / donde parezca un sueño la agonía, / y el alma, un ave que remonta el vuelo.”; “En torno de una mesa de cantina, / una noche de invierno, / regocijadamente departían seis alegres bohemios.”; “Y que yo me la llevé al río/ creyendo que era mozuela, / pero tenía marido…”; “Tabernero, voy de paso/ dame un vaso de tu vino/ que me quiero emborrachar/ para olvidar este cruel destino/ que me hiere sin cesar…”; “Hombres necios que acusáis/ a la mujer sin razón, / sin ver que sois la ocasión/ de lo mismo que culpáis...”. Naturalmente, uno de los clímax de esas lecturas era aquel Nocturno del vate malogrado Manuel Acuña:

Pues bien, yo necesito
decirte que te adoro,
decirte que te quiero
con todo el corazón;
que es mucho lo que sufro,
que es mucho lo que lloro,
que ya no puedo tanto,
y al grito que te imploro
te imploro y te hablo en nombre
de mi última ilusión…



Por mis ojos desfilaban los Gutiérrez Nájera, Diáz Mirón, Amado Nervo, Pablo Neruda, García Lorca, Juan de Dios Peza, Paul Geraldy, López Velarde, como si fuera la alineación de un equipo de futbol. Muchos de los poemas no eran propios para un niño, ¿pero quién, en esa época, se arrogaba el derecho de juzgar o de decidir qué se podía leer y qué no? Mi padre, en su taller de herrería, en tardes de bohemia, nos ponía a recitar a mi hermano y a mí. Y heme ahí, subido en una silla, recitando a Luis G. Urbina: “Era un cautivo beso enamorado/ de una mano de nieve, que tenía/ la apariencia de un lirio desmayado/ y el palpitar de un ave en la agonía...”

Un tercer río muy importante en mi escritura es la tradición musical del cancionero popular que escuché gracias a mi padre y a mi abuelo. Mi abuelo paterno, Tomás Chávez, fue un gran músico de pueblo que aprendió desde niño el arte, sabía leer nota y tocó la trompeta, el trombón, el violín, en la orquesta fundada por mi bisabuelo. Muchas veces gocé en las fiestas familiares al verlo tocar en su violín aquellos valses mexicanos famosos, como Tristes jardines, Alejandra, Sobre las Olas… Mi padre, aunque no siguió el oficio en la práctica, fue y es un apasionado melómano; gracias a él supe desde muy niño de los Churumbeles de España, Los Bocheros, Lola Flores; supe de Agustín Lara, Toña la Negra, Jorge Negrete, Lupita Palomera, Lucha Reyes, Daniel Santos, el Trío Tariacuri, y de algunos “raros” como Carmen Delia Depini, El Trío Cantarrecio, José Agustín Ramírez.

Ahora pienso que esos tres ríos, con su bagaje melódico y literario, me dotaron de un ritmo para versificar, y entiendo que de algún modo aprendí también en ese acervo a comunicar el sentimiento de manera más sencilla. En todo caso, esas serían las fuentes de la que se ha nutrido mi poemario. Habría una cuarta, que corresponde a los sueños, pero esa nos llevaría hacia el mar infinito.


¿Escribes desde la mente o desde el corazón o desde ambos?

Quiero responderte con unas palabras de Juan Domingo Argüelles, extraídas de un artículo que escribió a propósito de la poesía de Efraín: “¿Para qué escribir si no se pone en el poema `la piel y la memoria´? ¿Para qué llenar páginas y páginas si en éstas no palpitan la `tibia soledad´, `el peso del silencio, la claridad, el temblor frío de la inquietud, la tempestad de la alegría´? ¿Para qué escribir, en fin, si la palabra no recupera su poder de nombrar y de hacer sentir las emociones y los sueños `del corazón del hombre´?”.

Eso con respecto a la poesía.

En cuanto a la narrativa, escribo desde el corazón, pero con la mente asomada por arriba del hombro. A mí me parece que la escritura, y todo arte, es el resultado del equilibrio perfecto entre razón y sentimiento. Todo esto tiene que ver (y tú lo sabes muy bien) con la buena armonía entre esa parejita famosa de forma y fondo. Hay escrituras muy bonitas donde no habita nadie, y hay otras que son puro corazón, corazón desbocado, en las que es evidente la escasa presencia de una herramienta, o mejor, de una técnica que dote de las mejores vestiduras a la sangre. Hay que saber encuadernar la entraña, para que la entraña no parezca rastro –o carnicería– sino arte verdadero.

¿Crees que la poesía, el hecho poético, puede transformar el mundo?

No sólo lo creo, sino que estoy convencido. Basta con recordar aquello que millones de personas repiten sin saber bien a bien el peso de lo que están diciendo: “Una palabra tuya bastará para sanarme…”. Una palabra es suficiente para incendiar el corazón de los hombres y llevarlos a la guerra, y también otra palabra es capaz de provocar el fuego del amor. Es dramático y prodigioso el ramillete de sentidos que cada palabra conlleva. La pluma es más letal que la espada, lo sabemos. Y la poesía, que es vida y también lenguaje, vivifica, transforma, ennoblece. Si los criminales que pueblan hoy nuestras ciudades y pueblos hubiesen leído poemas en sus infancias perdidas, o alguien los hubiese acercado más al milagro poético, acaso este país no estaría en las condiciones de podredumbre espiritual en las que se encuentra.

De toda la poesía que has leído y hecho tuya, ¿tienes algún poema o verso favorito?

Ya mencioné algunos versos líneas arriba, aunque todos ellos corresponden a una época muy precisa de mi vida, estacionada en la añoranza. Actualmente hay por supuesto otras preferencias, en mi formación lectora han aparecido ídolos, referencias, esas figuras cuya voz se convierte en fuente de autoridad y belleza. Pienso en Saint-John Perse, a quien admiro y leo con infantil idolatría, pero si me preguntas qué verso me gusta de él, no sabría responderte, pues me fascina el conjunto, el peso absoluto de una obra deslumbrante. En cambio, sí puedo citarte esos versos de Quevedo, con que finaliza su Amor constante más allá de la muerte, “…Serán ceniza, mas tendrá sentido; / Polvo serán, mas polvo enamorado.”, que yo creo que tendrían que ser el epitafio para la doliente humanidad que somos. De José Carlos Becerra, otro poeta muerto en la flor de su pasión, me gusta mucho un poema, Cosas dispuestas, que propone en su inicio: “Cada palabra es un sitio para mirarte, / cada palabra es una boca para acercarme a ti…”. ¿No te parece, María, que estas líneas son, o podrían ser, una declaración de amor a la propia Poesía? De Jaime Sabines, otra voz entrañable, hay numerosos versos que me tocan profundamente, como “Los amorosos callan./ El amor es el silencio más fino, / el más tembloroso, el más insoportable…”. ¿Cómo no le pueden gustar estos versos a quien ha sido un individuo silencioso? Otro par de líneas de Jaime: “El diablo y yo nos entendemos/ como dos viejos amigos…”, me hubiese gustado escribirlas. Ah, y hay algo de Joaquín Sabina que me encanta (y tal vez a ti te encante también): “Vivo en el número siete, calle melancolía”. En fin, creo que todo lo que te he citado va dibujando mi perfil de manera irrevocable, ¿no?


Con Joaquín Díez Canedo

¿Cómo fue el encuentro con tu niño interior, el que como tú y como yo nació un 7 de agosto?

En la infancia me rodeó la triste fama de ser un niño callado y muy tímido, un poco torpe. En la escuela hablaba poco, ¿pero de qué iba a hablar con mis condiscípulos de la primaria si ellos no sabían nada de todo ese universo que yo leía, que yo escuchaba, que yo soñaba? Ahora se habla de lento aprendizaje, de autismo, y hay abundante ciencia alrededor de la conducta infantil, pero en mi época en que fui niño ser callado estaba más próximo a ser tonto. Así que el niño que fui creció con el estigma de ser tonto, pero ésta era una consideración que funcionaba para los demás, pues yo nunca me consideré así, al contrario, con frecuencia me sentía un ser adulto metido en el pellejo de un niño; por eso hay un poema en mi libro que dice:

A veces pienso en cosas
que nunca he visto
y extraño una vida
que no he vivido.
Y me asusto.
A veces siento
que soy más viejo
que mi abuelo,
y que este cuerpo de niño
no es el mío.

A veces creo que soy el gato,
que mira con su ojos verdes
el corazón de un gran misterio
.


Me preguntas por el encuentro con mi niño interior, pero no ha habido tal encuentro porque jamás, en todos mis años de vida, me he separado de ese niño. Efraín Bartolomé dice: "Ahora el niño se borra. Se desvanece en la neblina. Pero no ha muerto: acaba de nacer. Desde hoy vagará en callejones internos como en un laberinto. En las callejas profundas de mí mismo". En mí el niño siempre fue una presencia que correteó a sus anchas por sus callejuelas, sin morir, sin renacer, siempre atento, siempre vivo. No sé qué más decirte.

Tengo curiosidad, ¿a qué te sabe Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños que has obtenido?

Me sabe a piloncillo, a ponche de diciembre, a amistad, a revelación, a compromiso. Después de veintisiete años de mi primer cuento publicado, creo que apenas ahora estoy por fin iniciando una carrera, y lo hago con pasos sólidos, por lo menos ésta es mi certidumbre.



Con Efraín Bartolomé

Del Diccionario de Marco Aurelio Chavezmaya

Poesía: Madre

Niño: Raíz

Árbol: Hombre

Casa: Fuego

Vida: Sangre
< >